Los límites al eucalipto se endurecen para alejar los incendios de las casas

El Gobierno gallego retoca las franjas de seguridad en la ley de acompañamiento

Vivienda rodeada de eucaliptos, en las afueras de Santiago MIGUEL MUÑIZ
Mario Nespereira

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La Xunta y una parte del sector forestal comparten un discurso que habla del eucalipto como una especie que no es ni buena ni mala . Malo es quien la quema. Pero la expansión de las pirófitas en los montes de Galicia, sumados a la despoblación y el abandono del rural, hace cada vez más necesario el refuerzo de las franjas de seguridad y la introducción de nuevos instrumentos de gestión forestal. Meses antes de que la ola de incendios devastara casi 50.000 hectáreas, la administración autonómica ya trabajaba en una serie de medidas para evitar lo que aquel fin de semana acabó ocurriendo: las imágenes de las llamas cercando núcleos de casas.

En el proyecto ley de medidas que acompaña la aprobación de los presupuestos, la Xunta retocará la distancia que debe separar a los eucaliptos, los pinos, o las acacias de las edificaciones , espacios industriales o asentamientos de ocio. Con carácter general, no podrá existir ningún tipo de arbolado en una franja de seguridad de 30 metros , y solo en los 20 metros siguientes podrán reproducirse especies pirófitas separadas por un margen de diez metros entre sí. En ningún caso acacias.

El veto, sin embargo, se vuelve más exigente en las provincias de La Coruña o Pontevedra . Allí, no podrá detectarse uno solo de estos árboles en un espacio de cincuenta metros. Como tampoco tendrán cabida en aquellos montes que estén situados por encima de las viviendas —en pendientes superiores al 10 por ciento— y en el perímetro que rodea a los cámpings, gasolineras y recintos empresariales.

Desde la Consellería de Medio Rural, explican que la reforma camina en una dirección principal: «Mayor protección» . Especialmente en aquellos lugares en los que «el viento puede facilitar la propagación de los incendios », detalla para ABC la secretaria general técnica del departamento, Carmen Bouso.

Aunque con el establecimiento de las franjas no concluye el debate. Al contrario, resucitan otros. En el caso de la masa forestal que rodea a las viviendas, la ley de prevención de incendios obliga a los propietarios y responsables de las fincas a mantener a raya su arbolado , mientras que cede a los concellos la tarea de velar el cumplimiento de todos los márgenes.

Pero una cosa es la teoría, y otra muy distinta la «praxis», viene a señalar el sector. En la Asociación Forestal de Galicia bendicen la regulación de las franjas. Alegan que no solo son una herramienta eficaz, sino algo «estrictamente necesario» para evitar episodios trágicos como los del pasado mes de octubre, aunque reivindican que la responsabilidad del propietaria no puede ser única, sino compartida. «Como son asuntos de interés general, supongo que habilitarán partidas para expropiar, o bien para realizar por cuenta del erario público los trabajos», sentencia el responsable de la AFG, Francisco Dans del Valle, a quien le parece que en Galicia «no enfocamos bien» los problemas que tienen que ver con el monte. «No nos parece justo que los costes de esas fajas recaigan sobre unas cuantas personas» ,

La respuesta de la administración, por medio de Carmen Bouso, es que cada año se destina una «ingente cantidad de recursos» para ayudar a los particulares a sus labores de silvicultura y a limpiar sus terrenos. «Todos los años se dan órdenes de subvención en ese sentido», agrega .

Sin improvisación

Los cambios planteados de la Consellería no se atienen únicamente a cercar el eucalipto. Nada más lejos. El proyecto de ley incorpora, por ejemplo, que los montes vecinales declarados en estado de grave abandono pasen a ser gestionados directamente por el Banco de Terras y no por la administración, como sucedía en el pasado. Realizada la intervención cautelar, los comuneros tendrán en su mano la posibilidad de diseñar un nuevo plan de gestión, o bien la Xunta podrá poner a disposición del público los terrenos.

Modificaciones, en fin, que Medio Rural asegura que lleva tiempo perfilando. Subrayan que no son ni fruto de la improvisación ni una respuesta a la plaga incendiaria: «No ha tenido nada que ver con eso. Tramitar un proyecto de ley no es algo que se pueda hacer de un momento a otro» , apostilla Bouso. Al menos dos meses han pasado desde que se esbozaron las medidas. Después llegó el fuego.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación