José Luis Jiménez - Pazguato y Fino

Heridas de primarias

Estos procesos de pseudodemocracia interna simpre acaban enfrentando bandos

José Luis Jiménez
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El excombatiente novelesco gusta de lucir las heridas de guerra, cual bravo soldado de los Tercios de Flandes. Los que superaron una enfermedad cuentan con sus heridas de la cirugía. E incluso los reos más peligrosos exhiben las marcas de los penales o las tribulaciones que a ellos les llevaron. Y todas cicatrizan en mayor o menor medida. Las que tienen peor recuperación a corto plazo son las heridas de las primarias del PSOE gallego, donde ya se ha cruzado el umbral de la ofensa personal, siempre tamizada, como quien no quiere la cosa.

Un navajeo entre colegas de partido que, no nos engañemos, se veía venir. No porque el PSdeG tenga tradición cainita —que la tiene—, sino porque estos procesos de pseudodemocracia interna en los partidos antes o después enfrentan a dos bandos, y cada uno legitimamente aspira al poder, al control orgánico, a decir cómo se tienen que hacer las cosas.

Ese ansia tan golosa —y tan humana— lleva a cruzar poco a poco todas las fronteras, a pisar los charcos enlodados y a ensuciar una contienda entre compañeros que deja resquemores, enemistades, rencillas. Y siempre, siempre, siempre, quedan heridas sin cicatrizar. Recuerden al BNG de Amio o las recientes primarias de Podemos Galicia. Cuando está en juego el poder, todo vale.

Uno de los problemas de los socialistas es que no están siendo capaces de rentabilizar el guirigai de la Marea, la enorme decepción de una izquierda rupturista que prometía imposibles y cuyos únicos debates internos son para ver a cuántos puestos de salida tocan por cabeza. Es inaudito que el PSdeG no prevea celebrar un debate entre sus dos candidatos en el que expongan las líneas maestras de su proyecto para Galicia, más allá de lugares comunes y frases grandilocuentes.

Tampoco son las primarias un concurso de méritos, a ver quién es más oficialista o menos renovador. El votante socialista quiere saber, por ejemplo, qué fórmula de entendimiento se aplicará con la Marea tras las autonómicas o con sus alcaldes en las tres ciudades que gobiernan. Que lo digan alto y claro, sin engaños. Y que dejen la navaja, no vaya a ser que la sangre llegue al río.

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