Fomento, Xunta y Concello sellan el pacto de la intermodal de Santiago

Después de meses de reuniones y debates, las intenciones para construir la nueva estación intermodal de Santiago se convirtieron ayer en compromisos. El Ministerio de Fomento, la Xunta y el Concello compostelano firmaron el acuerdo con el que esta infraestructura será realidad. El documento estipula qué tareas debe ahora cumplir cada una de las tres administraciones para llevar adelante las obras. Con ellas, se adecuará esta instalación de la capital llegada de cara a la finalización de la línea de AVE Madrid-Galicia, se construirá en la misma zona una nueva terminal de autobuses y, a su vez, se integrarán los barrios ubicados al otro lado de las vías de ferrocarril.

El acto en el Pazo de Raxoi sentó en una misma mesa a la ministra de Fomento y las conselleiras de Infraestructuras y de Medio Ambiente, las tres del PP, junto al regidor santiagués, Martiño Noriega, de Compostela Aberta.

Aunque el proyecto que finalmente se ejecutará es criticado por algunos partidos políticos, los responsables de estas dos formaciones ideológicamente antagónicas se han puesto de acuerdo para aprobarlo. Ethel Vázquez, titular de Infraestructuras del Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo, situó el inicio de las obras en 2017, pero lo supeditó a que el Concello cumpla con los trámites que el texto rubricado marca.

El cronograma expuesto por la conselleira estima que después del verano se habrá finalizado el proyecto básico de la estación intermodal y que se trabaja con la intención de que a finales de este año esté listo el proyecto constructivo. «Esto será posible —matizaron desde la Consellería— siempre y cuando el Concello de Santiago cumpla con sus obligaciones y haya adaptado su planteamiento urbanístico y garantizados los accesos». El pasado mes de mayo ya se iniciaron los trabajos topográficos pertinentes.

Ana Pastor, ministra de Fomento en funciones, calificó el acuerdo de «histórico» y sostuvo que se ha «acordado el mejor modelo dialogando entre las administraciones implicadas y los técnicos». Sobre posibles ampliaciones si se alcanzan los 3,5 millones de viajeros, Pastor defendió que es un aspecto fijado por «quienes saben de flujos y tráficos». «Si en un futuro hay que hacer más infraestructura, pues se hará». Desde el PSOE se criticó que lo planteado «no es una estación intermodal sino un intercambiador unido por una pasarela descubierta». Desde el Colegio de Arquitectos de Galicia, entidad dirigida anteriormente por el edil de Urbanismo de Santiago, se mostraron satisfechos con el acuerdo.