Inauguración del Encuentro de Directivos en Santiago
Inauguración del Encuentro de Directivos en Santiago - Miguel Muñiz

Feijóo receta «estabilidad y confianza» institucional para impulsar la economía

El presidente de la Xunta invita a los demás partidos a que muestren su modelo de política social y fiscal

Santiago Actualizado: Guardar
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El presidente de la Xunta fue ayer el encargado de abrir el II Encuentro de Directivos 100 Consejos para 2016. La jornada prometía un centenar de sugerencias, pero Alberto Núñez Feijóo se conformó con ofrecer a los empresarios presentes una breve reseña de líneas maestras sobre la política económica a corto y medio plazo. «Se ha discutido mucho, especialmente en los últimos años, sobre la fórmula de la prosperidad», inició para introducir el argumento de la «fragilidad» del progreso. Por ello, la palabra clave del primer tramo de su discurso fue «confianza», como explicación a las apuestas que día a día se hacen en un mercado global, ya sea por un producto o empresa determinada, o por un país.

El líder autonómico recetó como ingrediente básico para construir la credibilidad de un territorio la «estabilidad» de sus instituciones y la seguridad jurídica.

«Las empresas deben tener la garantía de que las políticas van a ser previsibles y de que no se van a cambiar las reglas del juego en la mitad del partido», subrayó. Ante el presidente de la Diputación de La Coruña, el socialista Valentín González Formoso; y el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, de Compostela Aberta; Feijóo invitó a que todos los partidos pongan sus cartas boca arriba y esbocen públicamente el modelo de organización de la sociedad por el que abogan. Política social, fiscal y presupuestaria fueron alguno de los ejes que requirió a sus contrincantes el presidente de la Xunta, que también se permitió dar «un solo consejo: no caer en la improvisación» en la gestión pública.

Una estrategia definida

A tenor de las necesidades de planificación, Feijóo insistió en el horizonte que se ha marcado Galicia para finales de la década con su Plan Estratéxico 2015-2020. Pese a que en su introducción hizo toda una referencia hacia el entendimiento en la situación actual, al señalar que «estamos sujetos a cambios y no se puede imponer la visión de solo una parte», insistió en alguno de los objetivos que se fija este documento. De este modo, tendió su mano a las empresas para contribuir a que se mantenga el ritmo de crecimiento estable del 2,5 anual del PIB, que permitiría cumplir la estimación de que se creasen 100.000 nuevos puestos de trabajo en este periodo en la Comunidad y se llegase a una tasa de paro que ronde el 10% frente al 17% actual. Teniendo en cuenta que la EPA de 2015 arrojó una cifra de descenso de los parados de 41.100 personas, el máximo mandatario gallego entiende que este cálculo es «realista». Para el impulso de un nuevo modelo económico, durante toda la jornada se insistió de pujar fuerte en el sector exterior. Feijóo encauzó el debate al recordar la apuesta que desde su administración se ha venido realizando en las dos legislaturas en el campo de la internacionalización. Aún teniendo en cuenta el «gran paso» dado durante los años de crisis, para 2020 se coloca un techo de exportaciones del 40% del total del PIB. También sobre innovación y formación abrió la veda el presidente, que recordó la mejoría en los datos de abandono escolar, así como el hecho de que Galicia continúe siendo la Comunidad con las matrículas universitarias más bajas y la intención de aumentar el gasto en I+D+i. Todo ello, según explicó, persigue el objetivo de que Galicia «pueda converger en renta 8 puntos con la Unión Europea y 5 con España. El inquilino de Monte Pío encaró la recta final de su discurso sacando pecho de la gestión «responsable de las cuentas públicas», y opinó que «ahora se le están empezando a poder devolver a los ciudadanos los esfuerzos que han hecho». De este modo, apuntó que Galicia fue «una de las pocas autonomías que no tuvo que ser rescatada», y que el control del déficit permite que este año se rebajen los impuestos a la mayoría de los gallegos.

La sorpresa de Tino

Pese a que los ponentes del Encuentro fueron variados, uno resultó especialmente sorprendente al auditorio. El fundador de la empresa tecnológica Altia y presidente del Deportivo de La Coruña, Tino Fernández, se mostró divertido y didáctico al explicar las diferencias que se pueden apreciar en una empresa «convencional» y en otra como el conjunto blanquiazul. «Quizá en la parte empresarial es más sencillo, pero un club tiene una parte emocional que es muy complicada de manejar. Nadie cambia sus planes de fin de semana por lo que hace una compañía, o se tatúa un logotipo ni pide que lo entierren con una bufanda. Y en el fútbol eso sí sucede», ironizó.

El presidente de la entidad coruñesa recordó la dura situación financiera que se encontró al aterrizar en el despacho de la plaza de Pontevedra y pidió al público que imaginase «que se hacen cargo de una empresa que tiene una deuda que multiplica por diez su presupuesto anual. El desafío resulta brutal». Fernández también dio píldoras en forma de alineación futbolística para emprendedores como «ilusión», «esfuerzo», «equipo», o «austeridad» y ensalzó los valores de la empresa como motor de las oportunidades de la sociedad. El cierre de su intervención resultó chocante a algunos, pues le deseó la victoria al eterno rival, el Celta de Vigo, en su duelo copero de hoy contra el Sevilla, prueba de la buena relación institucional entre los clubes gallegos.

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