Denuncian que un pub de Sevilla se negó a atender a un grupo de gallegos con discapacidad

Los jóvenes eran 40 gallegos de viaje en Sevilla. Los dueños del local niegan su versión y apuntan que les ofrecieron cambiarse de salón

Santiago Actualizado: Guardar
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Cada año desde hace ya quince, los trabajadores de una empresa gallega cumplen con la tradición y viajan a una ciudad española elegida al azar para disfrutar de un fin de semana de ocio. De las 40 personas que forman este grupo más de la mitad son muchachos que padecen una discapacidad intelectual, pero que están perfectamente adaptados a la dinámica laboral. Muchos de ellos votaron este año por visitar Sevilla porque la escapada tenía un aliciente añadido, el viaje en avión. La propuesta encandiló también a los monitores, que no vieron problema en trasladarse a la capital hispalense para dos días de distensión que, a la postre, les dejaron un amargo sabor de boca. «Todo fue bien hasta que la última noche, el pasado fin de semana, decidimos ir a un pub después de cenar», relata una de las participantes en la escapada a ABC.

El grupo entró en el céntrico local, un pub irlandés llamado O´Neill y ubicado en la calle Adriano, se acomodó en una mesa y los camareros les tomaron nota. «No era hora punta y había sitio de sobra, pero antes de que nos sirvieran uno de los chicos vino diciendo que nos teníamos que ir porque nos estaban echando», relata Amalia, monitora en la excursión. «Mis compañeros conocían el lugar y nos acercamos a la barra a hablar con la responsable para ver qué pasaba, pero ya no nos contestaron bien», explica. El grupo de trabajadores gallego intentó llegar a un acuerdo con la dirección del pub y le propusieron cambiarse de mesa o incluso que los sirviesen en la terraza, pero «fue imposible». «No atendieron a razones y nos tuvimos que ir, con el disgusto añadido que eso supone. Yo me quedé muy triste, pero traté de no transmitírselo a los muchachos», afirma Amalia.

Dos explicaciones

Aunque el grupo ha decidido no denunciar al local, sus portavoces sí quieren hacer un llamamiento para erradicar este tipo de discriminaciones. «Solo pedimos un poco de humanidad y que la gente se ponga en nuestro lugar. Nadie estaba gritando, ni montando follón», describen para atajar cualquier argumento en contra de su estancia en el local. «Nos echaron por cómo era el grupo y eso no puede ser. Es un jarro de agua fría», les afean.

Consultados sobre el episodio, desde el pub sevillano aclararon a este medio que «llegó un grupo grande y pidió usar el salón secundario del bar, que estaba cerrado en ese momento». Indican que se les permitió usar esta zona pero a la 1 de la madrugada comenzó la Policía a dar orden de cierre de las terrazas, «por lo que tuvimos que meter todo los muebles de las terrazas exteriores en ese segundo salón». «Se les pidió que pasaran al salón principal, pero el grupo se sintió ofendido y no quiso», argumentan desde el pub como explicación del episodio.

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