Ciudadanos culmina una crisis interna y mira a las autonómicas

Ciudadanos sigue sin encontrar su sitio en Galicia, y a pocos meses de unas elecciones autonómicas todavía sin convocar dan la impresión de ser un partido con una agrupación en constante crisis interna. La falta de cuadros territoriales provocó que para las elecciones municipales de mayo se produjese un desembarco de militantes y candidatos de UPyD que auguraban la desaparición de su partido. En las generales, una campaña en la que los candidatos gallegos se notaron ausentes ante medios y votantes y fiaron todo a la figura de un Albert Rivera que canceló su único acto programado en la Comunidad. Y entre las dos citas electorales, varias polémicas organizativas que desembocaron en la expulsión de militantes.

Si bien es cierto que el tirón mediático de su líder los llevó a ser la cuarta fuerza en Galicia el 20-D y mejorar el resultado de mayo en muchos puntos con la consecución de un diputado

, las expectativas que habían generado las encuestas se vieron rebajadas por la realidad.

Esta semana la formación naranja ha vivido su enésima revolución en poco tiempo. La dirección regional se ha bifurcado en dos áreas, una «política», que se encargará de coordinar a los cargos electos; y otra «territorial», que hará lo propio con las agrupaciones locales. Mientras tanto, según ha podido saber ABC, el malestar interno crece debido al «poco peso» del brazo gallego en la dirección nacional, ya que en ella hay representantes de diversas Comunidades entre las que no se encuentra esta, aunque fuentes internas apuntan que ello se debe a que «en Galicia todavía no ha habido autonómicas, por lo que hay otras que están mucho más trabajadas».

Otro de los cambios sustanciales es el de su cara visible. Tras unas breves semanas en la portavocía de la única edil en Lugo, Olga Louzao, el puesto ha pasado a manos de Javier Sánchez-Agustino, exconcejal del PP y candidato a la Alcaldía de Santiago. Él mismo explica a este periódico que su nombramiento atiende a que «se buscaba que no fuese alguien con un cargo electo, para poder repartir las responsabilidades y la carga de trabajo». Una de las grandes labores que se fija es la de «corregir los errores de comunicación» y el silencio que se les achacó durante la campaña.

Sin candidato

Según se apunta en el seno de la formación, todavía no se barajan nombres para la candidatura a la Xunta, y entienden que en estos momentos prima mejorar la implantación territorial. En cualquier caso, las expulsiones han hecho mella tanto en el número de militantes como en el grado de motivación de los mismos, lo que podría dificultar la movilización. El proceso de elección en teoría está claro y reglado por los estatutos, y consistiría en unas primarias, aunque las fuentes consultadas confiesan que «la dirección nacional podría tener algo que decir» si no se produjese una elección satisfactoria.