Alberto Caparrós - CRÓNICAS SABÁTICAS

Isabel Bonig Trigueros

«La cuenta atrás para que la hija y nieta de socialistas se convierta en la primera mujer que preside la Generalitat ya se ha activado»

Alberto Caparrós
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«Libertad, libertad y mil veces libertad». Isabel Bonig Trigueros no engaña a nadie. La presidenta de la principal formación política de la Comunidad Valenciana me demostró el 29 de noviembre de 2013 que nunca se esconde. Aquel día, la entonces consellera de Infraestructuras tenía concertada una entrevista con ABC a la una y media de la tarde. Apenas una hora antes se había producido el fundido a negro de Canal 9.

Lo fácil hubiera sido cancelar la cita. Isabel Bonig, sin embargo, dio la cara. La primera valoración del traumático cierre de la televisión autonómica por parte de un miembro del Consell fue de ella para los lectores de este periódico, con este humilde periodista de intermediario.

Ya entonces se advertía el potencial de una dirigente política que este fin de semana ha sido elegida para tomar las riendas de la formación con mayor respaldo

electoral en la Comunidad Valenciana en el último cuarto de siglo, conforme se ha encargado de subrayar Mariano Rajoy.

La presidenta del PPCV ha dictado un discurso sentido y valiente. Le ha pedido al presidente del Gobierno «justicia» para la Comunidad Valenciana y le ha recordado por dos veces que los más de 900.000 votos cosechados en la región resultaron determinantes para que Rajoy siga hoy al frente del Ejecutivo. A Bonig no le ha temblado la voz para ponerse al frente de las reivindicaciones de los valencianos: «necesitamos financiación, agua e inversiones».

De ello puede dar fe Manolo Mata. El portavoz del PSPV en las Cortes Valencianas ha dignificado las siglas del histórico partido al que representa con su presencia en la clausura del congreso del PPCV. Mata, con quien Rajoy ha mantenido una breve conversación, es uno de esos políticos con los que se podrá coincidir o estar en desacuerdo, pero al que no se le puede discutir su dedicación, su talante democrático y su altitud de miras. Todo lo contrario que los líderes de Compromís.

De hecho, Isabel Bonig ha dado paso a un «nuevo PP» con un mensaje directo a la yugular de Mónica Oltra. Conforme he escrito hasta en dos ocasiones, el duelo en las elecciones de 2019 se dirimirá entre ambas. O Isabel o Mónica. O el PP o Compromís. O «emancipar» personas o «rescatarlas». O el centro derecha o ese nacionalismo capaz de estar en misa (Pere Fuset ante el Cristo del Buen Acierto este viernes es un buen ejemplo) y repicando (prohíben el tañido de las campanas y respaldan después sean declaradas Bien de Interés Cultural).

Isabel Bonig afronta un reto difícil: lograr la mitad más uno de los apoyos en 2019 y lidiar el envite que va a suponer el congreso provincial de Valencia, antesala del de la capital. En los pasillos del Palacio de Congresos no se hablaba de otra cosa. Mari Carmen Contelles está dispuesta a dar un paso al frente para disputar la presidencia a Vicente Betoret, quien hoy se afanaba en aparecer en todos los «selfies» con Mariano Rajoy. Los movimientos de Contelles los dejó escritos en ABC Rosana B. Crespo. Ninguna broma pues. La cosa va en serio y la batalla está servida.

Luego llegará la capital. Valencia es clave para alcanzar la Generalitat y Bonig ha sabido administrar con mano izquierda la mención honorífica a Rita Barberá. Otra cosa es el futuro del partido en la ciudad. Quizás la presidencia de la mesa del congreso sea una pista. O tal vez el deseo de Génova.

Por lo pronto, Isabel Bonig ya goza de la plena legitimidad tras un congreso que, conforme apuntaban en la puerta del Palacio de Congresos destacados dirigentes populares, podría haber significado una guerra interna y se ha solventado en una balsa de aceite.

Isabel Bonig ha marcado el camino para recuperar los 300.000 votos que necesita el PP para volver a gobernar. La cuenta atrás para que la hija y nieta de socialistas se convierta en la primera mujer que preside la Generalitat ya se ha activado. Mónica Oltra, su gran rival, no se lo pondrá facil.

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