De los Mas a los Cambó, otros Antonio López de Barcelona que Colau no tiene intención de tocar

La ciudad de Barcelona ya no tiene una estatua dedicada al empresario del siglo XIX Antonio López y pronto tampoco tendrá una plaza a su nombre , que es la que albergaba hasta ahora el monumento retirado este domingo. El motivo por el que el Ayuntamiento borrará de su nomenclátor y del espacio público al primer marqués de Comillas es que fue un esclavista.

Más allá de que hay expertos -como recordaba ayer la historiadora y crítica de arte María del Mar Arnús en las páginas de «La Vanguardia»- que ponen en duda las «evidencias» de que López fuera realmente un negrero , sorprende que el Ayuntamiento, en consonancia con esta política de «limpieza histórica», no lleve a cabo el cambio del nomenclátor de otros nombres. Este sería el caso de los Xifré y los Vidal i Quadras , por ejemplo, que tienen calles dedicadas a su honor, pese a que figuran en la lista de negreros del siglo XIX, como Antonio López.

Ya puestos a revisar el espacio público de la Ciudad Condal, también se podría hacer lo mismo con Francesc Cambó, prohombre del catalanismo político , del que nadie duda que ayudó a financiar -como gran parte de la burguesía catalana- al bando nacional durante la Guerra Civil de 1936, que cuenta con un busto en el centro de Barcelona. Y como Cambó, otros que gozan del espacio público.

Así, escarbando escarbando llegaríamos a los ascendentes de buena parte de los que en Cataluña configuran las clases política y económica nacionalistas. Un libro que le podría facilitar el trabajo al Consistorio sería el de Lizbeth J. Chaviano Pérez y Martín Rodrigo y Alharilla , titulado «Negreros y esclavos. Barcelona y la esclavitud atlántica (siglos XVI-XIX)» (Icaria editorial, 2017).

Esta obra desvela que, ni más ni menos, Joan Mas Roig, tatarabuelo del expresidente de la Generalitat, fue un esclavista que, por ejemplo, navegó durante el segundo semestre de 1844 desde las costas de África hasta las de Brasil con 825 esclavos a bordo.

Una política que no parece coherente , en opinión de algunos expertos y vecinos. Por ejemplo, ¿por qué se decide retirar la estatua de Antonio López y se mantiene la de Cristóbal Colón? Parece sensato que si cae una, caiga la otra, tal y como no hace mucho pedía la CUP en consonancia con la excusa dada que sí sirve para la del marqués de Comillas. ¿Acaso a Colón, ya puestos en seguir la política de «limpieza histórica», no se le puede achacar la muerte de miles de indígenas en tanto que descubridor del Nuevo Mundo?