Carina Mejías, fotografiada en el Ayuntamiento de Barcelona
Carina Mejías, fotografiada en el Ayuntamiento de Barcelona - INÉS BAUCELLS
ENTREVISTA

Carina Mejías: «Los ‘comunes’ son el mejor instrumento para Puigdemont»

La líder de Ciudadanos en Barcelona lamenta la «falta de talante democrático» y la actitud prepotente del Ayuntamiento liderado por Ada Colau

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Ada Colau encarrila la segunda parte del mandato con minoría, la oposición más alejada que nunca y una actualidad política autonómica en la que Barcelona tiene un protagonismo especial. Carina Mejías, presidenta del grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento, valora para ABC los dos primeros años del gobierno de la exactivista; y vaticina una prioridad por los temas políticos del gobierno de Barcelona en Comú.

¿Qué valoración hace de los dos primeros años de Ada Colau?

Ha fracasado estrepitosamente. Iban a impulsar un plan para favorecer el acceso a la vivienda y lo han hecho gracias a Cs. Venían a reducir las desigualdades y el Consejo Económico y Social de Barcelona afirma que éstas siguen acrecentándose. Pretendían mejorar la movilidad y Barcelona es una ciudad colapsada.

Se les ha reprochado especialmente su falta de diálogo...

Sí, ha habido falta de talante democrático. Sus decisiones han sido casi siempre con actitud prepotente y arrogante, excluyendo a la mitad del consistorio. Prueba de ello es que hoy no tiene ni un proyecto en marcha y otros se han paralizado. Barcelona tiene el freno de mano echado.

¿Y en los dos próximos años va a mejorar el diálogo?

Para dialogar hace falta una cierta disposición por solucionar problemas y el gobierno de Colau muestra desinterés por la ciudad. Están más preocupados por sus operaciones políticas y por relanzar sus ambiciones en otros ámbitos institucionales. Por ejemplo, se ha visto al alcalde accidental en el Pacte Nacional pel Referéndum.

¿El independentismo le puede pasar una mala jugada a Colau?

En cuanto el independentismo pierde fuelle, tanto los ‘comunes’ como Podemos les dan oxígeno. La posición de Colau a favor del independentismo es inequívoca: votó ‘sí’ el 9-N y sus posiciones se acercan cada vez más al independentismo. Los ‘comunes’ son el mejor instrumento para Puigdemont porque se apoya en ellos cuando necesita reforzar sus posiciones.

¿Colau ha ido en contra de las actividades económicas?

Su gobierno venía del activismo y no han sabido pasar a la gestión. Han tomado medidas restrictivas, han limitado la actividad económica y han perjudicado a los sectores más dinámicos. Como a los hoteleros, con medidas restrictivas que de momento generan un mercado alternativo más perjudicial que beneficioso.

No solo han tenido problemas con los hoteles...

También con el sector comercial, por ser absolutamente laxos y permisivos con los manteros. Y también tiene un problema enquistado con los restauradores porque no ha habido voluntad política a la hora de reformar la ordenanza de terrazas. Además, han generado una demonización del turismo, cuando es una de las actividades más importantes para la ciudad, si bien también es cierto que algunos espacios de la ciudad están masificados.

Se están dando conflictos entre vecinos y turistas. ¿Es preocupante?

Hace dos años el turismo no era un problema para los barceloneses pero se ha generado un estado de opinión, inducido a mi entender por parte del gobierno, en contra del turismo. Determinadas plataformas han pensado que tienen una coartada moral para ir contra los turistas. Hay que establecer unas normas de comportamiento que garanticen esa buena convivencia entre vecinos y visitantes.

¿La turismofobia puede calar o estamos a tiempo de pararla?

Se han tomado algunas medidas que lanzan un mensaje negativo a la comunidad internacional y eso evidentemente afecta a la llegada de turistas, es negativo para la marca Barcelona y para el futuro de la ciudad.

¿Va a seguir Colau con su política de gestos?

Gesticular de cara a sus votantes, y de cara a la galería, es una de sus señas de identidad. Han emitido este tipo de mensajes: quitar el busto del Rey, tachar la obra de Samaranch, cambiar el nombre del salón de plenos, instaurar la plaza de la República... Intentan imponer una ideología, por encima en muchos casos de la historia y de los intereses del conjunto de los barceloneses.

La unión del tranvía es uno de sus proyectos estrella. ¿Cómo acabará?

No existe ni consenso político ni técnico ni social que lo haga viable. Además, coincide con la paralización de las obras de las Glòries y con otras por hacer, como pacificar la Meridiana o la Vía Layetana. Quien mucho abarca poco aprieta y deberían priorizarse aquellos proyectos que son una garantía de movilidad para Barcelona.

¿Cómo va a acabar el conflicto con las obras de Glòries?

Están paralizadas en contra de la opinión mayoritaria de vecinos y de la oposición. Se ha cedido al chantaje de las empresas, empresas además vinculadas a la trama del 3% y a las que se tendría que haber exigido el cumplimiento de los contratos. El gobierno ha obrado de nuevo de forma unilateral. Desde Cs vamos a exigir que se cumpla el compromiso de Glòries de 2005 y vamos a ser muy estrictos a la hora de comprobar que el proyecto se lleve a cabo y también para exigir responsabilidades.

Colau hizo muchas promesas en medidas sociales. ¿Saldrán a la luz en esta segunda mitad de mandato?

No han tenido ideas claras a la hora de aplicar medidas sociales. Tienen claro que hay que impulsar ayudas que generen una cierta dependencia asistencial y nosotros tenemos un concepto diferente: la mejor política social es la creación de empleo. Tampoco han sabido resolver el tema de la vivienda: acceder a ella es más caro que nunca.

¿Cómo se prepara Cs de cara a esta segunda etapa de mandato?

Estamos muy ilusionados porque la última encuesta pública nos daba un incremento en la intención de voto. Vamos a insistir en el impulso de los proyectos de ciudad: conseguir un parque de vivienda pública, impulsar medidas para la creación de empleo y ayudar a desarrollar oportunidades económicas. Apoyarles es garantía de la atracción de talento, de la creatividad y de la proyección de futuro de Barcelona.

¿Oportunidades como la Agencia Europea del Medicamento (AEM)?

Es una grandísima oportunidad pero no veo mucha voluntad del gobierno municipal, que tendría que estar impulsando con mucho ahínco la candidatura. La decisión de paralizar Glòries cuando se quería situar la AEM en la Torre Agbar puede perjudicarlo y el «proceso» también. El proyecto sale de un país que ha decidido independizarse de la UE y quiere venir a una ciudad en la que algunos también lo quieren. Los gobiernos deberían estar más alineados.

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