La vicepresidenta regaló a Junqueras «La parte inventada», de Rodrigo Fresán
La vicepresidenta regaló a Junqueras «La parte inventada», de Rodrigo Fresán - INÉS BAUCELLS

Sant Jordi quiere ser patrimonio inmaterial de la Unesco

Gobierno y Generalitat apoyan la candidatura en un acto marcado por el cruce dialéctico entre Santamaría y Junqueras

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Después de que la Unesco ascendiese a Barcelona a la categoría de Ciudad Literaria, el siguiente paso es conseguir que el organismo internacional declare la fiesta de Sant Jordi como patrimonio inmaterial. Un objetivo común que reunió ayer en Caixaforum Barcelona a editores, floristas y administraciones en un acto que contó con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, así como con lecturas dramatizadas a cargo de Mario Gas, Abel Folk y Blanca Marsillach.

Durante el acto de apoyo a la candidatura de Sant Jordi, iniciativa que impulsa la Cámara del Libro y el Gremio de Floristas y cuenta también con el apoyo de la Fundación Bancaria La Caixa, se defendió la necesidad de que el «día del libro y la rosa en Cataluña», una tradición «única en el mundo», goce de mayor proyección internacional.

«Es una fiesta universal. Queremos llevar estos valores de amor a la cultura y a la libertad al mundo», destacó Junqueras, quien aprovechó para establecer paralelismos entre Sant Jordi y el «compromiso» del Govern «con la libertad, la democracia, el referéndum y la voluntad de escuchar a todos».

«En Castilla y León el 23 de abril también celebramos la libertad», replicó la vicepresidenta española, quien destacó durante su parlamento «la excelencia de la literatura española en todas las lenguas» y ensalzar el «carácter integrador, abierto y plural» de Cataluña, valores que le han permitido convertirse en un referente global. Sáenz de Santamaría también quiso recordar que cuatro de los últimos cinco premios Cervantes eran catalanes, destacó el carácter único de la fiesta de Sant Jordi y, siguiendo la tradición, regaló a Junqueras y al teniente de alcalde de Barcelona Jaume Collboni sendos ejemplares de «La parte inventada», de Rodrigo Fresán.

Polémica y dimisión

El acto también estuvo marcado por la polémica por una declaraciones del consejero de Cultura, Santi Vila, en las que calificó la visita de Sáez de Santamaría de «instrumentación indelicada» y lamentó que no hubiese acudido en representación del Gobierno el Ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo. En un principio, Vila debía ser el único representante de la Generalitat en el acto, pero la aparición de Junqueras, cuya presencia se confirmó a última hora y, según explicó el propio vicepresidente, a petición del presidente Carles Puigdemont, dejó al titular de cultura sin turno de palabra. También la Asociación de Editores en Lengua catalana se sumó a las críticas y lamentó lo que consideran una «instrumentalización política de la fiesta».

Tanto es así que la editora Isabel Martí, de La Campana, anunció ayer su dimisión de la junta directiva de la entidad por no encontrar «natural ni lógico» que la vicepresidenta fuese una de las invitadas al acto.

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