Carina Mejías - Tribuna abierta

No es sátira, es ofensa

Dice Ada Colau que debemos ponernos en la piel de esos «pobres chicos» titiriteros

Carina Mejías
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Durante las pasadas Navidades recibí la queja de un padre indignado por las actividades programadas para niños, por el Ayuntamiento de Barcelona. En el espacio denominado el Bosc dels infants, un grupo musical tocó la canción de Kortatu «Sarri, sarri», dedicada al terrorista Sarri, que se fugó de la cárcel hace años. El padre me solicitó que exigiera explicaciones y así lo hice, reclamando la debida neutralidad ideológica en las actividades infantiles para garantizar el respeto que debe existir en cualquier sociedad libre. La respuesta de la concejal fue rotunda: «Aspiramos a la transformación social y no cabe la neutralidad, hay que enseñar en la ideología».

Ahora tras el episodio de los titiriteros de Madrid, nos debe quedar claro que además del adoctrinamiento ideológico, la transformación social que pretenden algunos supone hacer pasar por sátira lo que constituye una ofensa a la dignidad de las personas.

Dice Ada Colau que debemos ponernos en la piel de esos «pobres chicos» a los que ahora la justicia pide responsabilidades por producir un espectáculo nada inocente. Yo la invito a que se ponga en la piel de esos padres que, con su hijo en brazos, presenciaron la escenificación del ahorcamiento de un juez o el apuñalamiento de un policía. Póngase en la piel de esos padres que se horrorizaron ante un espectáculo ofensivo y en lugar de indultar a los responsables, los denunciaron. Reconozca que la escenificación de violar a una monja, además de mal gusto, es un acto violento, humillante y machista. ¿Dónde quedó su feminismo? Sobre todo, póngase en la piel de las víctimas del terrorismo, que tanto han sufrido y a las que el espectáculo intentaba denigrar.

Una sociedad madura y democrática debe respetar la ley y la libertad de expresión, pero también debe respetarse a sí misma. Pero lo más importante es que una sociedad y sus dirigentes velen por preservar los valores de la dignidad humana en todo lo que concierne a nuestros hijos, incluso en los más inocentes espectáculos callejeros.

Carina Mejías es presidenta del grupo municipal de Ciudadanos de Barcelona.

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