España

«Cataluña necesita ahora más que nunca que España le ayude»

El empresario segoviano Claudio García García, asentado en Barcelona desde hace más de medio siglo, confía en que la convocatoria de las elecciones tranquilice la situación y palie de alguna medida «los enormes» efectos económicos que va a dejar el desafío independentista

El empresario Claudio García García, en su despacho de Barcelona

J. M. A.

Responsable de la empresa M Automoción, radicada en Barcelona , lleva más de medio siglo en la Ciudad Condal, desde que con 20 años salió de Segovia a finales de los 50 en busca de un futuro mejor. Tras formarse en mecánica y trabajar en Madrid, recaló en Barcelona, donde montó su actual negocio, primero con un empresario local, y después en solitario. En la actualidad tiene cerca de 700 empleados y vende al año en torno a 15.000 vehículos a través de una extensa red de concesionarios que no deja de crecer. Aunque lleva en su «corazón» a Segovia y al pequeño municipio de La Matilla , asegura que «nunca había tenido ninguna dificultad aquí ni como ciudadano ni como empresario». Ahora, tras un «batacazo inesperado», del que culpa a las «mentiras» de los ya exmiembros del Govern y de la CUP sin olvidarse de la falta de «vigilancia» del Gobierno central, confía en que la convocatoria de las elecciones tranquilice la situación y palie de alguna medida «los enormes» efectos económicos que va a dejar el desafío independentista. Él ya ha notado una bajada del 15 por ciento de su negocio, «pero aguantaré».

-¿Cómo ha vivido la situación que se ha producido en las últimas semanas en Cataluña?

-Este tema viene de muy atrás. Desde las escuelas ha habido un adoctrinamiento a la juventud con la excusa de proteger y mantener vivo el idioma. El traspaso de las competencias en materia de educación fue un grave error que ha alimentado el nacionalismo. Se les ha permitido manipular las cosas, diciendo en un 90 por ciento cosas que no eran verdad y que muchos se las han creído, y han ido arraigando cada vez con más fuerza. En los últimos tres años han gastado el dinero a sus anchas y encima el Gobierno central se lo ha consentido, cuando tenía la obligación de vigilar a qué lo destinaban. Además, teníamos aquí unos dirigentes sectarios, no políticos de verdad, los que la CUP, el partido radical de izquierdas, ha consentido porque ellos sostenían el Govern.

-Pero lo que ha pasado el último mes posiblemente no lo esperaba.

-Aunque había un caldo de cultivo, tampoco se podía imaginar este batacazo en semanas, ni que de repente todo se pare y se vayan 1.500 ó 2.000 empresas. Los que nos quedamos tampoco podemos irnos. Si a mí me baja la cifra de negocio un 15 o un 20 por ciento, como ya me ha ocurrido en octubre, pues se pone en riesgo, con todo el dolor de mi corazón, ese porcentaje de trabajadores de mi plantilla, que en mi caso serían un centenar de personas. Aguantaremos si, como parece, se han aceptado las elecciones y se puede estar entrando en un cambio enorme para bien, aunque sin saber aún cómo vamos a acabar. Ha sido todo muy fuerte y desesperante. Para Cataluña esto es un descenso de negocio muy importante cuando, además, muchas de las firmas que se han ido, que son una parte muy importante del PIB, no van a regresar o no van a hacerlo a corto plazo. Mientras, los autónomos y pequeños empresarios que estábamos empezando a ver la luz tras la crisis nos viene este golpe brutal y nos va a dejar huella.

-¿Y usted no ha pensado en llevarse su empresa a otro lado o el tipo de negocio que lleva lo hacía inviable?

-No soy una multinacional y vendo en Barcelona la mayoría de los coches que tengo. Lo que sí le puedo decir es que de las empresas que se han marchado la mitad seguro que tienen productos nuestros y ahora habrá que ir a visitarlos, a buscarlos o a ofrecérselos para mantener lo que teníamos.

«No podía ir con la cara baja ante la gente de mi empresa ni abandonar el barco»

-Usted y su empresa han realizado una importante inversión este año con la compra de unos terrenos en Barcelona. ¿Hubiera frenado esa compra si llega a saber lo que iba suceder?

-Hubiera hecho las cosas de otra forma, aunque no me arrepiento de nada.

-¿Teme aún más consecuencias económicas?

-Si las cosas se arreglan más o menos y el 21 de diciembre no ganan los independentistas la situación cambiará a mejor. Se habla mucho también y sería una locura que se hicieran boicots a los productos de Cataluña porque se estaría haciendo boicot a España. Yo también soy España. Cataluña necesita más que nunca ahora que todo el país le ayude.

-Me habla en términos empresariales, ¿pero usted lo ha pasado mal estos días personalmente?

-Claro que sí. Lo que pasa es que yo he procurado que no se me note. No puedo ir con la cara baja ante mi gente o a mi empresa. Tenía que aparentar que no pasaba nada y que íbamos a seguir adelante. Por dentro, uno piensa que la situación ha sido o es un desastre. Usted no puede ni imaginar lo que ha costado la manipulación en Cataluña. Por suerte, se ha cortado por parte del Gobierno un camino que no iba a ninguna parte liderado por unas gentes que no tienen ninguna base para nada

-¿Le han dado ganas estos días de coger la maleta e irse a Segovia?

-No, porque yo creo que el barco no se puede abandonar cuando más se necesita.

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