Sociedad

Castilla y León cierra el año con 123 muertos en las carreteras

La cifra se mantiene estable con respecto a la de 2016, cuando se contabilizó una víctima más

Imagen del vehículo siniestrado en uno de los accidentes más graves registrados en la Comunidad en 2017 en la N-I a la altura de Pancorbo ICAL

M. GAJATE

Un total de 123 vidas se apagaron en 2017 en las carreteras de Castilla y León. Una dramática y abultada lista anual de fallecidos que se mantiene estable -con una víctima menos- respecto a los datos de 2016, cuando se retomó la senda del descenso en las muertes de tráfico tras un fatídico 2015 en el que perecieron 144 personas y se rompió con una tendencia a la baja que se arrastraba desde hacía diez años.

En concreto, los últimos datos oficiales provisionales -hasta el 28 de diciembre- cifran en 109 los accidentes con víctimas mortales registrados en vías interurbanas en Castilla y León en los últimos doce meses, los cuales se elevaron en cuatro respecto a 2016. Por el contrario, el número de muertos descendió en uno y también bajaron los heridos hospitalizados -que fueron 41, ocho menos que un año atrás- y leves -una suma de 51, trece menos que en el anterior ejercicio-.

Castilla y León es tras Andalucía y Cataluña la tercera comunidad con más víctimas mortales . No obstante, contrasta la tendencia a la baja autonómica con la seguida tanto por las dos regiones con más siniestralidad como por el conjunto del país. Y es que en España, a fecha de 19 de diciembre ya se había superado en cuarenta personas la cifra de víctimas mortales de 2016. El pasado año se cierra a nivel nacional como el tercer ejercicio consecutivo en el que suben las muertes en carretera.

2017 ha sido un año en el que la siniestralidad de algunas vías ha cobrado especial protagonismo, sobre todo en lo que respecta a la N-1 en la provincia de Burgos . En esta vía tuvo lugar uno de los siniestros más sobrecogedores. Cinco miembros de una misma familia (tres menores, su madre y su abuela) perdieron la vida en un accidente de tráfico en septiembre a la altura de Pancorbo , en el que sólo sobrevivió el padre, tras colisionar con un camión. El suceso abrió la herida de una carretera que suma más de un centenar de víctimas en quince años.

Las protestas se multiplicaron y el ejercicio cerró con un punto a favor de los conductores de turismos de este tramo. La Junta de Castilla y León y el Ministerio de Fomento acordaron el trasvase obligatorio y bonificado de vehículos pesados a la autopista paralela (AP-1) para descongestionar la nacional y aumentar la seguridad vial. Sin embargo, la reivindicación apunta más alto y la Plataforma de Afectados pide la liberalización de la vía de peaje.

De acuerdo con el informe anual de la Asociación Europea de Automovilistas (AEA), Castilla y León copa uno de cada cinco «puntos negros» de toda España. De hecho, la N- 122 en Valladolid a su paso por La Cistérniga es el tramo más peligroso del país, con 29 accidentes y 42 fallecidos y heridos en cinco años en sólo un kilómetro.

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