Andrés Calamaro durante el concierto celebrado en Valladolid
Andrés Calamaro durante el concierto celebrado en Valladolid - F. BLANCO
Cultura

Calamaro no es una persona cualquiera

El cantante argentino hipnotiza a sus fans incondicionales en Valladolid en su versión más íntima y nostálgica

Valladolid Actualizado: Guardar
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Como reconocía hace unos días en una lúcida entrevista realizada por Rosa Álvarez en La Nueva Crónica, Andrés Calamaro se ha convertido en «un tequila reposado». Alejado ya de los excesos de épocas pasadas, ha surgido un nuevo «cantor» más sereno e íntimo pero igual de eficaz a la hora de llegar al corazón sin atajos.

Lo demostró este sábado en Valladolid ante un público fiel e incondicional que se dejó llevar por la nueva propuesta del genio argentino. Acompañado únicamente por un trío de contrabajo, percusión y piano, Calamaro repasó sus principales éxitos a otro ritmo y con el mismo sabor.

Es lo que pretende en su gira «Licencia para cantar», que realizaba su tercera parada en el Centro Cultural Miguel Delibes para presentar también su sorprendente último disco «Romaphonic Sessions», grabado en dos tardes en el que reinventa sus temas de toda la vida como «Paloma», «Mi enfermedad» y «Los aviones», y hace suyos clásicos argentinos como «Garúa», «La milonga del trovador» o «Soledad» en un recital eminentemente «tanguero» y sumamente nostálgico y romántico -más bien centrado en el desamor- en el que el ex de Los Rodríguez se permite incluso algún guiño aflamencado, muy bien recibido pero cuestionable en cuanto a su ejecución -ni el baile ni las palmas son lo suyo-.

Parco en palabras toda la noche, sí bromeó sobre el festival de Eurovisión que se celebraba en ese mismo momento y aconsejó que España enviara a Nacho Vegas a la cita. También felicitó el título de Liga del Barcelona «y a los catalanes que están en el norte de España» y confirmó su amor profesado por el toreo al «brindar» su espectáculo a los asistentes, entregados y respetuosos en la actuación más íntima e inolvidable de Calamaro.

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