Alumnos de FP del centro Cristo Rey de Valladolid
Alumnos de FP del centro Cristo Rey de Valladolid - F. HERAS
EDUCACIÓN

FP básica: necesaria puesta a punto

La Consejería de Educación reconoce que, pese al éxito de estos estudios, aún necesitan ajustes

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Cerca de 4.800 alumnos pasarán este año por las aulas de la Formación Profesional Básica en Castilla y León, integrados en alguno de sus 189 grupos de primero o en sus 157 grupos de segundo curso. La LOMCE trajo esta novedad a las aulas el curso pasado y las Comunidades autónomas empiezan a hacer balance.

Estos estudios, que proporcionan al alumno una titulación inicial de FP acorde a un Nivel 1 (ayudante) en el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales, se imparten en las nueve provincias de la Comunidad y con su puesta en marcha desaparecieron los llamados Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), que no otorgaban una titulación al alumno.

Tras concluir el primer año de estos estudios, las autoridades académicas de la Comunidad ven necesario un replanteamiento de los mismos, puesto que la cifra de fracaso de sus alumnos (aquellos que no promocionaron de primero a segundo curso) en el pasado mes de septiembre está cercana al 40%, un problema que se repite en otras comunidades.

La cifra aún no es definitiva, a falta de concluir las estadísticas tras los exámenes del mes de septiembre, pero el director general de Formación Profesional de la Consejería de Educación de Castilla y León, Agustín Sigüenza, es claro al afirmar que «los mayores problemas que se están produciendo» vienen dados porque «se está derivando a esta formación a los alumnos que antes iban a los PCPI y es alumnado que tiene verdaderos problemas de aprendizaje en la ESO».

La FP Básica, que no estuvo exenta de críticas cuando se planteó con la llegada de la Lomce -los más críticos consideraban que era una vía de evacuación de la ESO de aquellos alumnos con peor nivel y que producía una segregación de este alumnado a edad temprana-, se plantea para aquel alumnado con más de 15 años que habiendo superado 2º ó 3º de la ESO no esté en condiciones de cursar 4º, previo informe del centro educativo y con el acuerdo de la familia del alumno. En este sentido, Sigüenza explica que se ha observado que «hay alumnado que está en esta FP no tanto porque le gusta sino porque es un alumno que tendría verdaderas dificultades para titular en la Secundaria», cuando a su juicio, a estos estudios deberían acceder alumnos con una «vocación» o porque se ajusten más a sus características personales e intereses que la vía académica.

Exigencias como en la ESO

Hay un porcentaje del alumnado que presenta dificultades de aprendizaje, su nivel de competencias básicas adquirido es relativamente bajo y creen que encontrarán un nivel de exigencia más bajo en la FP Básica que en la ESO, pero, como comenta Sigüenza, esto último no es así porque se ha introducido la idea errónea de que esta enseñanza sustituía a los PCPI «y no es lo mismo; los PCPI eran una formación que se proporcionaba al alumno que había fracasado en la enseñanza obligatoria y para que no se saliera del sistema se le daba alguna formación pero sin una titulación». Ahora, la FP Básica es un ciclo que proporciona una titulación, que cuenta con un nivel de competencias que deben adquirir los alumnos igual al de ESO y con formación profesional además. El director general de FP resalta también que esta formación -que implica que se pueda acceder directamente al Grado Medio de FP y de ahí al Superior, «un itinerario completo»-, puede suponer que el alumno complete con éxito una formación profesional que le haga mejorar sus posibilidades de encontrar empleo.

Todo esto hace que los responsables de la Consejería de Educación se planteen que «tal como funciona necesita mejorar mucho» y que es «una buena idea pero que no hemos sido capaces de implantar adecuadamente», añade Sigüenza. Además, las comunidades autónomas ya han mantenido reuniones para abordar estas dificultades dentro de la Comisión de FP de la Conferencia Sectorial de Educación y se han creado dos grupos de trabajo encargados de analizar FP Básica y FP Dual. A lo largo de los próximos meses analizarán «qué ha pasado, por qué se están dando esos porcentajes de fracaso tan elevados y a partir de ahí poner soluciones sobre la mesa», afirma el director general de FP, para quien, no obstante, «el diseño es bueno porque al alumno se le ofrecen unas competencias básicas equivalentes a las de ESO y a la vez se inicia en el mundo de la FP».

Pero también corrige que «probablemente, lo que no se ha hecho bien es la selección del alumno idóneo para empezar la FP Básica porque si estamos avocando a ella a quien tiene mayores dificultades en el sistema educativo, si las ha tenido en ESO difícilmente no las tenga en esta formación».

Mejorar la orientación educativa

Por ello, una de las medidas que parece que ya sopesan es la de mejorar la orientación educativa en los centros de Secundaria y que a este ciclo vayan alumnos con vocación y no porque hayan fracasado, dice Sigüenza.

El ejemplo del CES Cristo Rey

Quien ya ha visto de cerca estos problemas es el coordinador de FP en el CES Cristo Rey de Valladolid, José Prieto. En este colegio de la Compañía de Jesús cuentan con tres ciclos de FP Básica: Electricidad y Electrónica, Fabricación y Montaje y Mantenimiento de Vehículos, y Prieto asegura que «hacemos un esfuerzo» con estos ciclos porque, «pese a que hay de todo, el 80% de los alumnos presenta problemas de habilidades sociales y algunos de ellos son inmigrantes que no conocen bien el español».

Considera que la satisfacción que hay en los alumnos y las familias con esta formación «es muy buena» pero que aún queda espacio para «hacer ajustes» porque «está legislada al margen de la tipología de los alumnos y eso complica el cumplimiento de unos temarios muy amplios y con un nivel de exigencia igual al de ESO y con contenidos en inglés, asignatura que tienen dos horas a la semana».

Además, han observado que en la parte práctica no es donde están los problemas: «cuando van a la parte de mecánica, en el taller, no hay problema, pero en la parte de teoría y común hay muchas disfunciones».

Pese a estas circunstancias, sostiene que en este centro «tratamos de adaptarnos a la realidad de los chicos, siendo conscientes de que no puedo darle física cuántica a un chico que no sabe sumar» y sostiene que «tenemos que darles una educación» y que en muchos casos supone enseñar habilidades sociales y hábitos saludables».

Los alumnos con esa problemática, según comenta Prieto, proceden en su mayoría de familias desestructuradas, con una vida muy complicada fuera del centro y que han visto y vivido mucho más de lo que tú o yo podremos ver», añade, para afirmar a renglón seguido: «demasiado buenos son».

Por este motivo, desde este centro han hecho el esfuerzo de disponer en este ciclo de «los profesores que cuentan con el carácter más social y con una mayor cercanía a estos alumnos para intentar que esa enseñanza funcione», al tiempo que José Prieto comenta que «como los maestros antiguos, procuran que los mayores ayuden a los más pequeños o que los más aventajados lo hagan con los que van más retrasados; intentando crear equipo y comunidad».

Al mismo tiempo, el coordinador de FP del «Cristo Rey» considera que «debe haber más acompañamiento económico porque supone más módulos, más espacio...» y que «a veces, en el día a día, nos cuesta ver cosas que nos dicen que debemos hacer» y pone de manifiesto que «es una opción que ilusiona a las familias, que le abre un camino a estos chicos, pero que no puede ser un camino lleno de trampas sino adecuado a la realidad».

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