Dos poetas manchegos

La vida y la obra de los poetas sigue su curso, con antologías o sin ellas, y llegan hoy a nuestra mesa dos obras de poetas maduros, nacidos en la provincia de Ciudad Real en la década de los 50 del siglo pasado. Son poetas con estilos y registros muy diferentes pero volcados en una mirada honda y retrospectiva hacia lo que les acontece y nos acontece como humanos.

José Luis Morales (Fernán Caballero, CR, 1955) ha sido profesor y ha ejercido también el periodismo; ha publicado varios libros de poesía, individuales y colectivos. Este que ahora comentamos, «Gracias por su visita» lo comenzó a escribir en un hospital de Madrid y significa tanto «una reflexión sobre la inmanencia de la muerte como un canto de amor a la vida».

Con él obtuvo, el año pasado, el premio «Antonio Machado en Baeza».

El libro oscila entre el laconismo cortado a cuchillo de poemas como este:

No es justa// no es cruel// la vida mata.

Y otros más largos, más elaborados, llenos de referencias poéticas, culturales, pero sobre todo abiertos al asombro por las heridas del tiempo, el devenir de la vida y por la fugacidad de ambos.

Otro poeta de Ciudad Real, y de la misma generación que los dos ya citados, Francisco Caro, dijo acerca de este libro: «En estos poemas escritos a carne abierta, José Luis Morales ha querido contarnos lo esencial: el hombre ante la sospecha de que el mundo va cercenándole senderos y ha de mirar, sin traición, al único destino. La poesía aparece aquí como medio y como fin».

En una reciente entrevista el autor confesaba «quiero escribir para que me entiendan los burros»…». «Es en lo único en lo que quise avanzar, en ser cada vez más claro y más sencillo, pero con versos que, como las especias, luego picaran, haciendo que el poema explote dentro».

Por su parte José María González Ortega (Ciudad Real, 1958) nos ofrece ahora la selección antológica que le edita el veterano Grupo Literario Guadiana, al que pertenece, bajo el título «Alas rotas que arden».

Se trata de una poesía sencilla, lisa, directa, que busca la esencia de un sentimiento puro; y a la vez la manera de decirlo, de expresarlo de un modo llano, sin retórica ni alambiques.

Son destellos intensos y profundos, rayos de verdad, de dolor, de amor, de búsqueda, que aspiran a brillar diáfanos y cortantes en medio de la tormenta de la vida.

Aparte de su obra poética propia, González Ortega destaca como antólogo de la poesía escrita en la provincia de Ciudad Real. Su primer libro en este sentido fue Ciudad Real: Poesía última y lo editó la Biblioteca de Autores Manchegos, de la Diputación, en 1983 y 1984. El segundo Detrás de las palabras. Postguerra y transición en la provincia de Ciudad Real, es más reciente, de 2009, y apareció en Almud ediciones de Castilla-La Mancha.