La quinta de Iniesta en el Albacete, ¿qué fue de ellos?

De los 11 niños que compartieron vestuario con él en el torneo de Brunete, solo dos rozaron la élite. Hoy algunos verán en directo su último partido con el Barça

El equipo alevín del Albacete Balompié que participó en el torneo de Brunete celebrado en 1996. Iniesta sostiene el banderín del club Cedida por Víctor Hernández
Juan Antonio Pérez

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Aunque entonces no lo supiera, la vida de Andrés Iniesta Luján (Fuentealbilla, Albacete, 1984) cambió para siempre a finales de la primavera de 1996. Por aquellos días solo era un niño más, que sobresalía por ese color de piel blanquecino, casi fantasmal, tan suyo. Aunque había algo más, claro: era coger un balón y el mundo se paraba, magia pura. Lo mismo que dicen ahora todos los que le han visto jugar al fútbol. Pero hace 22 años apenas levantaba un palmo del suelo, por lo que la imagen impactaba más. «Un niño que jugaba como un hombre», así lo recuerda Víctor Hernández, su primer entrenador en la cantera del Albacete Balompié.

En 1996 los manchegos estaban en Primera división y el equipo alevín en el que jugaba Iniesta iba a participar en el torneo que cada año organizaba el periodista José Ramón de la Morena, entonces en la Cadena Ser, en Brunete (Madrid). El pequeñín de Fuentealbilla era el capitán del Albacete y, con él, jugaron otros once niños: Isidro, Pruden, Remi, Chapi, Juan, Chispas, José Carlos, Pedro, Carlos, Manolo y José Miguel .

Salvo Iniesta, ninguno de ellos llegaría después a la élite y solamente dos la rozaron. Sin embargo, esos días se salieron en Brunete. «Quedamos terceros, eliminamos al Real Madrid por penaltis, al Celta en cuartos de final y perdimos 4-2 contra el Racing en semifinales, que tenía un equipazo y ganó el torneo», recuerda Víctor Hernández, que al tener poco más de 20 años acudió acudió a ese torneo acompañado por su padre, Andrés.

Víctor Hernández fue el primer entrenador de Iniesta en el Albacete Cedida por Víctor Hernández

Entre todos los niños de las mejores canteras de España, en Brunete destacaron tres . El mejor del torneo fue Jonatan Valle, del Racing, un proyecto de megaestrella tan precoz que con 14 años hizo la pretemporada con el primer equipo y debutó en Primera división con 18. Pero luego no cuajó en la élite y acabó dando tumbos por varios equipos de Segunda (Málaga, Castellón, Recreativo o Lugo) e, incluso, jugó en Rusia, donde ganó una Copa con el Rubin Kazán. En una entrevista con la revista «Líbero», Jonatan declaró que lo único que le faltó para triunfar fue «físico». Lo último que se sabía de él es que jugaba en el Bergantiños, en la Tercera división gallega.

El segundo niño que asombró en Brunete fue Jorge Troiteiro, del Mérida, aunque nacido en Almansa (Albacete). A él, como a Iniesta, el Barça le reclutó para La Masía y durante años ambos fueron inseparables en la cantera azulgrana. Troiteiro juega ahora en el Azuaga, de la Tercera extremeña, y lo más alto que llegó fue a Segunda B, además de dos experiencias en Chipre.

El tercer niño fue Iniesta. Algunos años antes de lo de Brunete, dos primos suyos que jugaban en la cantera del Albacete ya hablaban de lo bueno que era. «Cuando hizo la prueba, estuvimos la mayoría de entrenadores del fútbol base. Entre todos teníamos que decidir quién iba a componer el equipo de benjamines y con él lo tuvimos muy claro, porque era el mejor», cuenta Víctor Hernández.

Era «increíble»

Pero, realmente, ¿cómo era? «Increíble». Ese es el adjetivo que utiliza su entrenador en benjamines y dos años más tarde en Brunete. Y añade: «Dominaba el balón con las dos piernas y tenía una gran visión de juego. Controlaba perfectamente, levantaba la cabeza, que eso era muy poco usual con la edad que tenía, y era muy fácil jugar con él».

Tanto es así que Víctor Hernández, hoy profesor de Educación Física en Casas de Fernando Alonso (Cuenca), daba por seguro que aquel niño llegaría a la élite. Imposible, eso sí, imaginar que el pequeño gigante de La Mancha sería campeón del mundo y, problablemente, el mejor jugador español de la historia. «Para ser futbolista, aparte de la calidad, tienes que tener la cabeza muy bien amueblada. Iniesta era un niño grande. Para mí no solo era el mejor, sino el jugador perfecto: por cómo se sentaba en el banquillo, por cómo ayudaba a sus compañeros, siempre educado…», remata.

En Brunete, el Barça habló con José Antonio, el padre de Iniesta, para intentar fichar al niño maravilla. A Víctor Hernández le consta que el Real Madrid también quiso llevárselo, pero en esa época el club blanco «no tenía una ‘masía’, como el Barça; había más descontrol y a eso le tenía mucho miedo su padre». Total que los azulgranas acabaron por hacerse con el genio de Fuentealbilla y lo demás ya se sabe .

La primera ficha de Andrés Iniesta como benjamín del Albacete Cedida por Víctor Hernández

Sin embargo, ¿qué pasó con los otros once niños de aquel Albacete? En el fútbol, los que más lejos llegaron fueron Carlos y Pruden . Ambos tocaron techo al jugar con el Albacete en Segunda. En el caso de Carlos, extremo izquierdo, el Valencia se interesó por él y lo fichó. En principio para el filial, pero entrenaba a diario con el primer equipo. Un conjunto dirigido por Rafa Benítez que ganó dos ligas. Carlos fue convocado para un partido contra la Real Sociedad y se sentó en el banquillo, pero no llegó a debutar en Primera división.

Después, su carrera fue un vaivén con un triste final. Pasó por el filial del Español, jugó en Segunda B con el Eldense y el Alcorcón. Luego decidió marcharse al Spartak de Trnava de Eslovaquia, con el que disputó la Copa de la UEFA. Al volver, quiso regresar al Albacete, en Segunda, pero acabó en La Gineta, en Tercera. Y de ahí al Villarrobledo, en la misma categoría y con el que se rompió la rodilla derecha. Se recuperó, pero en un entrenamiento la articulación volvió a hacer ¡crac! y Carlos dijo adiós al fútbol.

Desde hace años trabaja como inspector de ITV en Albacete. Se declara «muy contento, porque estoy en mi casa, con mi hijo, con mi mujer, ¡qué más puedo pedir!». Sobre si tuvo mala suerte, expone de forma sencilla: «Ha habido compañeros peores que yo que han llegado más lejos, y otros, al revés. Gracias al fútbol, he vivido experiencias que de otra manera no hubiera podido, pero también digo: ‘¡Me cago en la puta, con un poquito más de suerte…!, bueno, la vida viene como viene y hay que ser feliz con lo que uno tiene».

Al mediocentro Pruden las lesiones le machacaron antes. El Albacete lo cedió al Toledo, en Segunda B, y en un partido contra el filial del Atleti la entrada de un rival le quebró la rodilla, también la derecha. Cuando volvió a jugar, «no estaba ni al 40 por ciento». Su carrera se perdió en equipos de Tercera y, visto que no iba a ser futbolista profesional, aprobó las oposiciones a funcionario de prisiones y ahí sigue, en la cárcel de Villena (Alicante).

Otros ni siquiera llegaron a eso. José David «Chapi» (llamado así por ser lateral derecho y parecerse físicamente al «Chapi» Ferrer) se retiró con 28 años y su tope fue la Tercera. Ahora es repartidor en una empresa de agua y sobre el fútbol dice: «Son circunstancias. Creo que tenía condiciones, pero ¡puff!, a mí me falló un poco la cabeza. Con 20 años, salía de fiesta, no me cuidaba todo lo que me tenía que cuidar. Tal vez me faltó un pelín de suerte y haber estado un poco más centrado, no voy a echar la culpa solo a los demás».

En la boda

Del resto de aquellos niños que un día compartieron vestuario con Iniesta en la cantera del Albacete, Isidro es estudiante de Podología; Remi, profesor de Educación Física; Juan trabaja en una empresa de bricolaje, Chispas, en una de césped artificial; Pedro, en seguridad; José Miguel, en un almacén de telefonía; José Carlos es Policía Nacional y Manolo es cirujano en Granada.

Muchos de ellos no han perdido el contacto con Iniesta y hasta estuvieron en su boda, codeándose con Messi, Puyol, Guardiola y demás súperestrellas mundiales. Con motivo de su despedida del Barça, hoy frente a la Real Sociedad (20.45 horas), los miembros de la quinta del 84 pensó en ver el partido en directo, pero Iniesta se adelantó y los ha invitado al partido, al igual que a muchos paisanos de Fuentealbilla.

Recordando lo de Brunete, Pruden manda un mensaje final: «Los vídeos del torneo habría que ponérselos a los críos. Fuimos terceros de España y luego, mira, la vida da muchas vueltas».

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