Gaseando en Granadilla

En la jornada de este viernes ABC en Canarias ha adelantado la decisión de la CNMC de no dar el visto bueno a la licencia de operaciones a la planta gasficadora de Granadilla, en Tenerife. Al rato, aparecieron cuatro «Falco Tinnunculus», es decir, cernícalos vulgares en Ultramar, a decir que el informe no era vinculante . ¿Quién ha dicho que lo sea? ¿Cuándo lo han sido en este tipo de asuntos? Obviamente el «comando Perogrullo» intenta restarle energía moral a Antonio Morales, presidente de los grancanarios, para poder mandar a cerrar el pico a conseguidores chusqueros que llevan años intentado colocar en Gran Canaria una planta similar a la de Tenerife.

¿Y ahora? La obra de Tenerife puede salir, o no. Quizás aparezca una obra similar que pueda permutarse en Casablanca, Noadibou o Dakar como compensación de inversión de la UE en esos espacios para generar empleo y evitar la inmigración irregular. Ni idea, es una teoría. Los reguladores canarios se quedan, de todas formas, sin argumentos para instalar el GNL en Gran Canaria donde, a estas alturas, hasta 2027 no sería posible iniciar las obras. Para entonces, el sistema energético grancanario ya tendrá otros proyectos y estará funcionando la planta hidroeléctrica de Chira-Soria. El marrón del gas en Canarias es producto de la marrullería reflejada en el Plan Energético de Canarias de 1989. La actual empresa gestora es víctima de los permanentes movimientos improvisatorios de un mercado insular que es capaz de quemar el cielo con tal de vivir.