Susana Díaz asume el rol de liderar ya la oposición al Gobierno de Rajoy

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, utilizó ayer el Debate sobre el estado de la Comunidad en el Parlamento andaluz para insistir en la necesidad de dar gobernabilidad a España y de paso arrogarse un papel protagonista como la verdadera oposición a Rajoy desde la izquierda.

Díaz puso a su Ejecutivo como modelo de un Gobierno de izquierdas, destacó su estabilidad, gracias a los acuerdos con Ciudadanos, y su vocación social. La presidenta llenó su discurso de referencias contra las políticas del Gobierno central e insistió en que el objetivo de los socialistas andaluces es «ganar en las urnas a la derecha y situarla en la oposición, donde están, y donde menos daño hacen».

Con el trasfondo de la situación política nacional, Susana Díaz justificó en el fondo su papel en el debate interno del PSOE y su defensa de la abstención del grupo socialista en el Congreso durante el debate de investidura de Mariano Rajoy.

La presidenta utilizó constantemente el argumento de la confrontación, reclamó la convocatoria de una Conferencia de presidentes para modificar el sistema de financiación autonómica y cifró en 4.672 millones el déficit de la comunidad entre los años 2009 y 2014. Asimismo instó a todos los grupos en la Cámara a exigir al Gobierno que no recurra el acuerdo alcanzado por el Ejecutivo andaluz con los sindicatos para la recuperación de la jornada de 35 horas semanales para los empleados públicos.

Discurso nacional

Los líderes de la oposición no fueron ajenos a la actualidad nacional en sus intervenciones. El portavoz y presidente del PP-A, Juanma Moreno, reprochó a Susana Díaz que «no está en Andalucía» y aseguró que la muestra es el discurso «autocomplaciente» con el que había despachado el debate. Díaz le pidió que «abandone su esperanza de que deje de trabajar por Andalucía, porque voy a seguir haciéndolo».

La secretaria general y portavoz parlamentaria de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, fue más allá y acusó a Díaz de «capitanear» la operación para hacer presidente a Mariano Rajoy, de manera que «al final resulta que el partido del caso de los ERE va a investir al partido de la Gürtel». Rodríguez hizo varias alusiones a Despeñaperros, para convertirlo en «Despeñapedro», juego de palabras en el que no entró la presidenta.