SUCESOS

Sergio Morate: «No soportaba verle la cara a Marina y la tapé con otra bolsa»

Detalló a dos policías los crímenes, se jactó de su fama y se lamentó por Laura

Imagen tomada del monitor de la sala de prensa de la Audiencia Provincial de Cuenca, durante la segunda jornada del juicio contra Sergio Morate , único acusado por las muertes de Marina Okarinska y Laura del Hoyo EFE
Cruz Morcillo

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Sergio Morate, con el mismo chándal anodino del primer día, ojeroso y sin esposas, se mostró apático durante la segunda sesión del juicio pese a las lágrimas de su prima que dijo tenerle miedo, el testimonio de su exnovia que le costó su ingreso en prisión o las palabras incriminatorias de antiguos amigos . Y eso que el principal testigo, el rumano Istvan Horvath, a quien confesó los crímenes de Marina y Laura antes de que aparecieran los cadáveres, no declaró porque se ha ido a trabajar a Alemania sin previo aviso. El juez dio orden de que se le busque.

A partir de la media tarde ese desinterés cambió al declarar el jefe de la Brigada de Policía Judicial de Cuenca . Este policía, junto con un suboficial de la Central de Homicidios, que comparecerá hoy, fueron los encargados de estar con el acusado cuando aterrizó en España procedente de Rumanía el 5 de septiembre de 2015 y hasta su ingreso en prisión.

«Morate creía que iba a encontrar un ambiente hostil, pero fue todo lo contrario. Le preguntamos cómo lo había tratado la Policía rumana y cómo estaba». «¿Qué tal está mi madre?», les preguntó a los agentes. Al ver al suboficial, muy alto, supo que era el policía que se había portado muy bien con su progenitora, que la había apoyado. Le dio las gracias. Luego, se desahogó. «La he liado gorda, lo tengo jodido», les confió a los funcionarios.

EFE

«Le dijimos que ella estaba muy preocupada pensando que hubiera podido tener intentos suicidas», explicó el jefe de la Brigada. «Fue una conversación espontánea; él se abre al ver nuestra actitud. Hubo dos momentos: uno cuando hablaba de Marina y otro de Laura. Cuando lo hacía de su exnovia se envalentonaba; de Laura llegó a decir pobre Laura y a venirse abajo ».

Les contó su viaje a Ucrania tras los pasos de Marina, cómo la relación empezó a enfriarse. Su decepción... «Yo le di todo a Marina, me porté muy bien con ella» . El policía explicó a la Sala que incluso le pidió que fuera la madre de sus hijos. «Estaba profundamente enamorado, loco por ella», aseguró el testigo. «Nos dijo que en televisión mentían mucho, que había oído algo de una boda de Marina, quería saber si era verdad y que le enseñáramos las fotos. Según él, Marina lo trataba mal y tuvo que ir a un psicólogo».

Morate sospechaba que su pareja mantenía otra relación en Ucrania , por eso fue hasta allí a buscarla. Después de que ella lo abandonara se levantaba por las mañanas y se decía «tengo que hacerlo»; luego pensaba en otras cosas y se olvidaba. «No nos dijo he matado a Marina, pero era evidente. Nos dice la he liado, estoy muy jodido».

«Me han traído en el avión de los ministros, me han escoltado los geos y me han sacado las teles más que a Bretón»

El jefe de la Judicial contó que, según Morate, al saber que Laura acompañaba a Marina intentó que no subieran, pero su exnovia se empeñó en hacerlo . Dijo que había metido los cuerpos en bolsas (de basura industriales) y que bajó primero a una de las mujeres y luego la otra. A una la metió en el maletero y a otra entre los asientos traseros del coche. «A Marina no soportaba verle la cara y tuve que tapársela con otra bolsa», les dijo.

Hubo tiempo para muchas confidencias. Se lamentó de «haber metido en un marrón a Álex» , en referencia a su amigo colombiano el preso Alexander Echeverri, que también declaró ayer. De la ligereza de Morate con la devastación que ha causado dio idea una de las explicaciones del inspector jefe. «Al llegar a Cuenca se encontró con Javi, un policía al que conocía del gimnasio. Joder, Javi, le dijo: has detenido a un famoso. Me han traído en el avión de los ministros, me han escoltado los geos y me han sacado las teles más que a Bretón». El frívolo Morate rompió su apatía también aquel día. «Estaba obsesionado con casos mediáticos como Alcasser o Bretón. Nos dijo que había estado leyendo y quería pagar por dos homicidios no dos asesinatos. También que estaba dispuesto a contarlo todo si reducía su pena». El lunes, cuando tuvo la oportunidad ante la Sala no abrió la boca.

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