La reforma de la Constitución, también congelada

La reforma de la Constitución se ha convertido en otro daño colateral de la falta de liderazgo en el PSOE. A finales de año los cuatro grandes partidos estaban de acuerdo en abrir un proceso para pulsar el grado de consenso en torno a la Constitución. Los tres partidos constitucionalistas (PP, PSOE y Ciudadanos) coinciden en que cualquier retoque de la Carta Magna debe contar también con el apoyo de Podemos, para mantener el abrumador apoyo parlamentario con el que fue aprobada en 1978.

De hecho, la reforma de la Constitución es una de las grandes propuestas que tanto PSOE, Podemos como Cs incluyeron en sus programas electorales. Incluso los socialistas y la formación naranja tenían a final de año planes concretos para poner en marcha el proceso en los primeros meses de este año.

Los socialistas abogaban por la creación de una subcomisión parlamentaria dentro del Congreso y Cs apostaba por la creación de una mesa de partidos al margen de la Cámara Baja.

Sin embargo, ambos partidos han paralizado esta parte de su estrategia política al considerar que la situación interna del PSOE aconseja esperar a que la incógnita que rodea al liderazgo socialista quede despejada. Un cambio de compás que no supone problemas dentro de Cs pero que molesta a parte de los diputados socialistas, partidarios de abrir el proceso al margen de su liderazgo.