Rajoy liga la subida de las pensiones más bajas a la aprobación de los Presupuestos

El presidente del Gobierno rechaza la vinculación al IPC que reclama la izquierda, el PNV y CC, y se niega a dar marcha atrás en su reforma de 2013

Mariano Rajoy, durante una de sus intervenciones en el pleno monográfico sobre las pensiones en el Congreso IGNACIO GIL
Ana I. Sánchez

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A tres días de la movilización de pensionistas más grande convocada hasta ahora, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy , acudió ayer al Congreso con la intención de dar la vuelta al debate que existe en la calle y utilizar en su favor el primer Pleno monográfico que se celebra sobre pensiones. Llevaba un as en la manga. El anuncio de «una mejora de las pensiones mínimas y de viudedad», y la concentración de las «ayudas fiscales en el IRPF para pensionistas y familias» e n los próximos Presupuestos .

El jefe del Ejecutivo no cifró importes ni estimó el número de beneficiarios, pero el anuncio le valió para trasladar a la oposición la responsabilidad de que estas alzas se lleguen a convertir en realidad. El grupo que vote en contra de las nuevas cuentas estará oponiéndose a estas medidas y regalando a Rajoy el mejor argumento para defenderse ante las movilizaciones sociales . El que vote a favor o se abstenga tendrá ahora la coartada para justificarlo. Una hábil forma de intentar allanar el camino a las nuevas cuentas, necesitadas del visto bueno de Ciudadanos, PNV y los diputados canarios o la abstención del PSOE.

Pero pese a este gesto, Rajoy dejó claro que no atenderá la principal reclamación del resto de grupos y que alienta las movilizaciones: no habrá marcha atrás en el factor de sostenibilidad de la reforma de 2013 y, por tanto, no volverá a indexar las pensiones al IPC. Y ello porque hacerlo pondría en riesgo las pensiones del futuro.

«¿Acaso alguno de ustedes cree razonable exigir a los jóvenes que coticen para las pensiones de hoy, sin ser capaces de garantizar las suyas en el futuro?», preguntó. «Eso es el factor de sostenibilidad: hacer frente a nuestras responsabilidades para poder seguir pagando las pensiones a nuestros hijos (...) ser solidarios en el futuro con quienes están siendo solidarios en el presente», defendió. El jefe del Ejecutivo no modificó esta postura, ni siquiera tras comprobar que está solo en la Cámara Baja en este asunto. Dos de sus socios en los Presupuestos, PNV y Coalición Canaria , se posicionaron junto a la izquierda para reclamar la subida de las pensiones, mientras su aliado principal, Ciudadanos, intentó rehuir el debate del corto plazo.

Contra Robles e Iglesias

La comparecencia del presidente ante el Pleno venía forzada por una petición de Unidos Podemos respaldada por el PSOE. A ellos, les envió varias acusaciones de demagogia . «Este sistema no se defiende sólo con palabras, sino (...) tengo que decirlo, evitando cualquier tipo de demagogia. Y defenderlo sin demagogia quiere decir pensar en soluciones que no miren sólo a lo inmediato, sino que atiendan a la sostenibilidad en el medio plazo», les recriminó. También les acusó de estar utilizando a los pensionistas como arma política contra el Gobierno. «No merecen actitudes frívolas ni demagógicas. Merecen respeto y dignidad y que nadie les utilice en ningún debate ni en ninguna ambición», reprochó.

Visiblemente preocupado ante una postura que considera irresponsable, Rajoy fue más duro que nunca con la portavoz socialista, Margarita Robles, a la que desautorizó recordando cómo en 2011 el Gobierno socialista recomendó el factor de sostenibilidad para asegurar la viabilidad de las pensiones, elevó la edad de jubilación a los 67 años, y congeló las pensiones. «Hay que tener autoridad moral para dar lecciones sobre según qué temas», replicó a Robles, que escuchaba con gesto serio desde su escaño.

Previamente, la portavoz socialista le había reclamado «medidas a corto plazo» para revalorizar las pensiones según el IPC. Con un discurso de intención muy agresiva, Robles volvió a poner encima de la mesa la necesidad de un impuesto a la banca para poder aplicar esa subida, y criticó la «complacencia» del discurso de Rajoy: «Debería darle vergüenza que con un incremento de dos euros al mes venir aquí a hacer el discurso que ha hecho», y justificó la necesidad de ese impuesto porque «ha rescatado los bancos con el esfuerzo de todos los españoles». Robles azuzó también a Rajoy acusándole de estar «tomándose a cachondeo el Pacto de Toledo», y le pidió que derogue la reforma laboral y se encamine hacia el pacto de rentas para subir los salarios.

Pese a que Robles no hizo un mal debate, sin papels en muchos momentos, eso no le sirvió para situar a su partido como primera voz de la oposición. El líder de Podemos, Pablo Iglesias , volvió a pasarle por encima con una dialéctica mucho más certera e hiriente, pese a que la base de la argumentación era la misma y la principal propuesta que deslizó copiaba el impuesto a la banca del PSOE. «Hay un dato definitivo de 2017, la luz ha subido un 10%. ¿Es decente que cuando la luz ha subido un 10 por ciento las pensiones suban solo un 0,25 por ciento?», reflexionó. «¿Cree que se puede vivir dignamente cobrando entre 92 y 370 euros al mes? Yo no. Cumplan ustedes la Constitución », reclamó, en alusión al importe de las pensiones no contributivas. Iglesias apostó también por suspender las desgravaciones a los planes privados de pensiones, recordando que esta ayuda supone 2.000 millones para las arcas públicas, lo mismo que indexar este año las pensiones. No obstante, la hostilidad con que Rajoy contestó a Robles frustró el objetivo de Iglesias de utilizar el Pleno para confrontar cara a cara con él y presentarse como única alternativa posible. Rajoy le despachó en poco tiempo admitiendo «con absoluta franqueza» que «no me han gustado sus propuestas», y le reprochó su devoción por el gasto, cifrando en 63.000 millones el coste de las iniciativas planteadas por Podemos. «España quebraría. Es que no vamos a parte alguna», aseguró.

Rajoy rebajó considerablemente el tono con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera , hasta el punto de que el presidente le felicitó por no paticipar en «la subasta general» de peticiones de subida de las pensiones. Rivera se comprometió a «ayudar a este Gobierno si son valientes y hablan de reformas de futuro» pero no para «pelearnos entre subir uno o cinco euros». El líder de Cs solo reprochó a Rajoy «su triunfalismo», recordándole que «en su mandato 9 de cada 10 euros han desaparecido de la hucha de las pensiones», y centró sus demandas en dos ejes: empleo de calidad y fomento de la natalidad.

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