Mariano Rajoy, en Bruselas
Mariano Rajoy, en Bruselas - EFE

Rajoy le dará un «no» rotundo a Sánchez y ofrecerá una alternativa si no sale investido

Hará guiños en política económica, donde «no existen líneas rojas»

ENVIADO ESPECIAL A BRUSELAS Actualizado: Guardar
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Cuando Mariano Rajoy confesó a David Cameron, en los márgenes del Consejo Europeo de Bruselas, que es probable que haya nuevas elecciones generales el 26 de junio, no estaba expresando un deseo, sino un pronóstico, según fuentes de Moncloa. El presidente en funciones tiene un plan , una hoja de ruta bien trazada, que ha expuesto a los diputados del PP en el Parlamento Europeo en una larga reunión, y que tiene varias fases. La primera es el debate de investidura de Pedro Sánchez, que empieza el 2 de marzo y cuya votación final puede ser el sábado 5. El Gobierno de Rajoy quiere aprovechar esa cita política y parlamentaria para dirigirse a Sánchez, pero también al conjunto del PSOE, y tender la mano a todos los socialistas con el fin de sellar una gran coalición presidida por el PP.

Rajoy tenía previsto que la reunión con sus diputados en Bruselas durara una hora, y al final se quedó tres horas y media charlando con ellos. Estuvo especialmente «cómodo» y habló de forma «muy personal» a los suyos sobre esa hoja de ruta prevista, y que tiene como primera etapa la investidura de Sánchez.

«Ahora toca tener los dientes apretados y ver qué ocurre en ese debate, porque creemos que Sánchez fracasará, pero está claro que no tenemos la seguridad completa», comentaron fuentes del PP europeo. Rajoy es consciente de que Sánchez puede formar Gobierno, pero solo con Podemos y los independentistas.

Rajoy no desaprovechará la que considera que es una ocasión de oro para dirigirse a millones de españoles, y al conjunto de los socialistas. A ellos les tenderá la mano de forma especial, porque el PSOE «es mucho más que Pedro Sánchez», apuntan fuentes próximas al presidente.

Rajoy ya desveló este jueves en Bruselas que será él quien intervenga en el debate de investidura del candidato socialista. Muchos lo daban por supuesto, pero en el PP se ha interpretado como una reafirmación de su liderazgo cuando algunos, sobre todo desde fuera, lo cuestionaban. «No solo no va a dar ningún paso atrás, sino que lo va a dar hacia adelante y así lo entendimos todos», comentó un diputado que estuvo en el almuerzo de trabajo de Rajoy en el Parlamento europeo.

Un «no» rotundo

Allí, el presidente en funciones aseguró que el PP votará en contra de cualquier combinación de Gobierno que presida Pedro Sánchez, porque los socialistas perdieron las elecciones, y porque resultaría absurdo e ilógico que tras negarse a hablar siquiera con Rajoy, este ahora le facilitara el camino a La Moncloa. «En ningún caso nos vamos a abstener», subrayó. Los 16 diputados del PP en el Parlamento Europeo aplaudieron de forma espontánea a su jefe de filas cuando escucharon esto.

El discurso de Rajoy en el Congreso buscará un equilibrio entre las razones de su «no» y su mano tendida al PSOE y a Sánchez, a quienes volverá a proponer la gran coalición, presidida por el PP, algo que lleva defendiendo desde el 21 de diciembre. La oferta de Rajoy podría concretarse en un bipartito con el PSOE, o un tripartito que incluya a Ciudadanos, fórmulas que funcionan en media Europa.

Los pactos

Los puentes que quiere tender Rajoy hacia el PSOE se basan en los cinco pactos de Estado que ya expuso la semana pasada: por el crecimiento y el empleo, una reforma fiscal y un nuevo sistema de financiación autonómica, un pacto social, otro por la educación y un último por el fortalecimiento institucional y la lucha contra la corrupción. Añadirá «guiños económicos» a los socialistas, ante las posibilidades que abre la política más expansiva que está impulsando el BCE o la OCDE. «En economía no tenemos líneas rojas, es más fácil que el PSOE llegue a acuerdo económicos con el PP que con Podemos», advierten en Moncloa.

Rajoy intentará aprovechar, pues, la oportunidad «de oro» del debate de investidura de Sánchez, pero es consciente de la enorme dificultad que existe para conseguir esa gran coalición. «Pasado el instante de la última votación de Sánchez, si este la pierde, Rajoy lo volverá a intentar», explicó un diputado sobre el plan del presidente.

La cuenta atrás de dos meses que marca la Constitución desde la primera votación (3 de marzo) hasta la convocatoria de nuevas elecciones habrá empezado, y solo sería interrumpida en el caso de que un candidato logre los apoyos suficientes para ser presidente. En el Gobierno mantienen que «no habrá un segundo debate de investidura si no hay garantías de tener apoyos suficientes para ganar». Lo contrario, sostienen, «sería una escenificación de una derrota ante el conjunto de los españoles», y además a pocas fechas de la hipotética convocatoria electoral.

En el equipo de Rajoy creen que la presión aumentará en cuanto empiece a correr el reloj, porque a nadie le interesa unas nuevas elecciones. Como ya se comprobó en la encuesta que publicó ABC hace una semana, la corrupción está pasando factura al PP, que no está aumentando su ventaja, mientras que los tres partidos siguientes están estrechando sus márgenes. En unas nuevas elecciones, la aritmética parlamentaria podría ser igual de endemoniada, o incluso peor, y seguir por tanto todo igual. Por eso, desde el Gobierno se subraya que el objetivo de Rajoy no son unas nuevas elecciones generales, sino «trabajar para conseguir esa gran coalición» presidida por el partido ganador.

Liderazgo de Rajoy

Después de la larga reunión que mantuvo en el Parlamento Europeo, sus diputados salieron con la convicción de que Rajoy quiere ir a por todas, y ser candidato de nuevo si se repiten las elecciones, según las fuentes consultadas. «Él va a confirmar su liderazgo en el debate de investidura de Sánchez», aseguraron.

En esta cumbre europea se ha podido ver a un Rajoy especialmente tranquilo, más que en otras comparecencias de las últimas semanas. Ante los suyos se mostró relajado y seguro de su plan, aunque no todo esté en su mano. El pacto entre el PSOE y Podemos es posible, y sabe que puede ocurrir incluso contra todo pronóstico. Pero ese es el riesgo que ha asumido antes de intentar una fórmula de Gobierno de coalición que sería nueva en España. «Quizás ha llegado el momento de utilizarla», dicen en Moncloa.

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