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Sánchez, ayer, al inicio de la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE - Maya Balanya

El PSOE asume su «reconstrucción» con o sin Sánchez

La posible abstención del diputado de Nueva Canarias alivia la tensión interna por el apoyo a la investidura de Rajoy

Madrid Actualizado: Guardar
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Aunque el fatídico sorpasso de Unidos Podemos al PSOE no se haya consumado, todos los sectores del socialismo coincidieron ayer en que el partido necesita «reconstruirse» desde la oposición después de otro batacazo histórico que le ha dejado en 85 diputados; una tarea hercúlea, mínimo para una o dos legislaturas, y que será imposible llevarla a cabo si los socialistas se ven obligados a facilitar el gobierno al PP. Dejaría a Pablo Iglesias como líder de la oposición.

Por eso, ayer, cuando ya habían empezado las primeras discrepancias internas sobre si abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y los suyos acogieron con verdadero alivio la hipótesis de que Pedro Quevedo, diputado de Nueva Canarias, partido coaligado con el PSOE, termine haciéndolo en la segunda votación.

Así, los 175 síes que sumarían el PP, C’s, el PNV y Coalición Canaria darían la reelección a Rajoy y resolverían el dilema que amenaza la paz interna en Ferraz.

«A Quevedo estamos buscándole un chalé (para regalárselo)», ironizaba un alto dirigente tras una reunión de la Ejecutiva Federal en la que Sánchez había dejado claro que, pese a lo que digan Susana Díaz, Guillermo Fernández Vara, Emiliano García Page o Javier Lambán, el PSOE no se abstendrá.

Oficialmente, Nueva Canarias sigue en el no a Rajoy, pero Quevedo, el primero que pasará por La Zarzuela en la ronda del Rey con los partidos, pone más el acento en que «no puede haber otras elecciones».

Ayer resultó muy significativo ver cómo el portavoz del Grupo Socialista, Antonio Hernando, no le desautorizaba. Hernando compareció en rueda de prensa porque pedro Sánchez no quiso exponerse a preguntas sobre su futuro -el exsecretario general del PSM Tomás Gómez había pedido su dimisión a la entrada de la reunión- y el portavoz echó balones fuera sobre los pactos.

Todo el afán de la Dirección ayer por la mañana era blindar al líder. De hecho, Hernando explicó que los malos resultados no son achacables solo a Pedro Sánchez sino que el PSOE lleva «un tiempo» en caída libre. La dirección admite también lo necesario de una «profunda» reflexión que acabe en un proceso de «modernización, relanzamiento, reconstrucción y unidad del partido», pero con Sánchez al frente.

Comité Federal retrasado

Y para que no vaya creciendo el ruido en su contra, la reunión del Comité Federal será esta vez más tarde. Lo habitual es que se convoque al máximo órgano entre congresos la semana siguiente de las elecciones, pero Sánchez ha decidido posponerlo una semana, hasta el sábado 9 de julio.

Sortea así el debate en caliente sobre su liderazgo -si hubiera habido sorpasso muchos barones estaban dispuestos a forzar su dimisión el domingo pasado-. El líder socialista y su equipo guardan mal recuerdo de la tumultuosa reunión del 28 de diciembre, a la semana del 20D, cuando el pulso con los barones por los pactos, que al final se saldó en que ni con Podemos y los independentistas ni con el PP, metió al PSOE y a España en un callejón político sin salida.

Seis meses más tarde, se lo van a tomar, todos, con más calma y además ya nadie tiene prisa por fijar el 39 Congreso, que será en otoño. «Lo razonable es que primero atendamos a lo urgente y lo urgente son las cosas de España. Primero, que haya un gobierno y después veremos el resto», insistió ayer Hernando. El pésimo resultado merece reflexión, insisten.

Los socialistas, con 85 escaños y 5,4 millones de votos, han cosechado un resultado todavía peor que el 20D, cuando ya creyeron tocar fondo al bajar de 110 diputados (Rubalcaba) a 90 diputados y 5,5 millones de papeletas. Antonio Hernando abogó ayer por que ese debate aborde cómo dar «cohesión» al PSOE y cómo «se trasladan los mensajes de otra manera».

Pero del futuro del secretario general, aseguró Hernando, no se habló en el sanedrín socialista. Sánchez tampoco dijo lo que viene repitiendo toda la campaña: que se presentará a la reelección en el 39 Congreso, aplazado desde marzo después de fuertes tensiones entre el líder socialista y los barones, que le acusaron de retrasar sine die el cónclave para garantizarse la candidatura a La Moncloa.

Ayer, la presidenta del PSOE, Micaela Navarro, hizo hincapié a su llegada a Ferraz en que «el PSOE ha demostrado una vez más que ante ese ataque por intentar destruirnos, aquí estamos vivos. Tenemos que hacer muchas cosas, pero aquí estamos como la referencia de la izquierda en este país», señaló en referencia al relax interno tras comprobar que no hay sorpasso.

Según el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, el PSOE tiene que abrir un proceso de reflexión de cara al 39 Congreso, que aún «no toca». Pero cree que el problema no es de liderazgo sino de proyecto; es más, considera necesario agradecer a Pedro Sánchez el esfuerzo «titánico» de luchar contra unas encuestas que daba por hecho un sorpasso que ha perjudicado la imagen del partido.

Interpelado por si sería partidario de una abstención del PSOE que permitiera que el PP accediera al gobierno, el valenciano Ximo Puig insistió en que «a quien le corresponde sumar es al PP» y sobre si Sánchez debe seguir al frente de los socialistas, considera que eso lo decidirán el propio líder «y el conjunto del PSOE en el momento correspondiente tras un proceso de reflexión que tenemos que asumir».

Díaz: Proyecto «creíble»

La necesidad de «reconstruir» el proyecto socialista la defiende también Susana Díaz, para quien el PSOE «tiene reflexionar en el conjunto de España». La presidenta andaluza aboga por un proyecto «auténticamente atractivo y con credibilidad suficiente» para salir de la oposición en la que le han colocado los ciudadanos.

Respecto a la posibilidad de que dispute a Sánchez la Secretaría General del PSOE en el 39 Congreso, Díaz respondió que ella no está «en cuestiones orgánicas ni individuales» sino «en un proyecto colectivo» y que en estos momentos «toca España».

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