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Susana Díaz y Javier Fernández, fotografiados este lunes - EFE

Los barones presionan a Sánchez para que el Congreso del PSOE se celebre en marzo

Andalucia, Asturias, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Extremadura encabezan la revuelta

Madrid Actualizado: Guardar
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Las principales federaciones del PSOE están forzando este mediodía, en la reunión del Comité Federal, que Pedro Sánchez dé marcha atrás en su intento de retrasar el 39 Congreso del partido.

En el fondo de este pulso esta una lucha de poder entre el todavía secretario general y los barones territoriales, que quieren descabalgarle en ese congreso y poner a la andaluza Susana Díaz.

Tras la tensa reunión de anoche en Ferraz entre todos ellos y Sánchez, con varios miembros de la Dirección Federal de por medio, este lunes se está viviendo el penúltimo capítulo del pulso.

Comenzó Sánchez con un discurso en abierto en el que hizo autocrítica por los resultados socialistas el 20-D pero asegurando que hay «buenos cimientos».

No sólo aspira a formar gobierno si Mariano Rajoy no logra ser investido, sino que se presentará a la reelección en ese congreso.

Por momentos, su intervención ante los 250 miembros del máximo órgano entre congresos parecía una respuesta a la bronca reunión de anoche a puerta cerrada; como cuando recordó a sus barones que ellos también han pactado con Podemos para llegar al poder autonómico tras el 25 de mayo.

De nada le ha servido porque, ha sido empezar el debate a puerta cerrada y empezar la crítica dura de las principales federaciones a los resultados, a la iniciativa de gobernar con un «pentapartito» y, como colofón, la petición de que se haga el 39 Congreso en febrero o marzo.

Toca una andanada para un secretario general que quiere retrasar el cónclave hasta que haya investidura. Los críticos dicen que busca blindarse como candidato a La Moncloa en caso de repetición de elecciones. Y no lo van a permitir.

Susana Díaz ha guardado silencio en su intervención -ha sido la primera- porque estaba previamente pactado que no fuera ella quien abriera fuego en tanto que puede ser el relevo de Pedro Sanchez y sé «quemaría».

Ha sido el presidente asturiano, Javier Fernández, quien ha comenzado diciendo que los resultados electorales han sido «desastrosos» para el PSOE, no un buen cimiento, y ha añadido que el bloqueo va a llevar a nuevas elecciones. «Creo que el congreso no debe retrasarse, sino ir al plazo previsto de febrero/marzo», ha insistido.

Sobre eso han pivotado el resto de las intervenciones, en las que se ha dado por supuesto que la todopoderosa Andalucía está detrás.

El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha señalado que «no vale una conferencia al uso, no hay que tener miedo al congreso y hay que debatir ya»; aunque, a continuación, ha expresado sus dudas de que el problema del PSOE se resuelva con un congreso y, además, ahora, en plena formación de gobierno. El aragonés Javier Lambán también ha expresados sus dudas.

En el frente del no, que apoya a Sánchez, están la secretaria del PSM, Sara Hernández; el de Murcia, Francisco Hernández Tovar; el gallego, José Manuel Besteiro; y el del PSC, Miquel Iceta.

Entre todos estos no suman más del 30/35% de los 250 miembros del Comité Federal. Así que todas las fuentes consultadas dan por hecho que el 39 Congreso será en febrero/marzo. La incógnita es que hará Sánchez, que está empeñado en presentarse a la elección porque sabe que Susana Díaz no querrá enfrentarse con él en urna ante los 198.000 militantes. Así, una de las claves será la recogida de avales para ser candidato a secretario general.

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