La Policía y la Guardia Civil entrarán en acción si no actúan los Mossos

La Policía autonómica tendrá la iniciativa para precintar los colegios y retirar el material de la consulta suspendida por el TC

Llegada de los Mossos a un colegio Efe

P. MUÑOZ / E. DELGADO / D. TERCERO

Los Mossos d’Esquadra llevarán la iniciativa en el dispositivo de seguridad puesto en marcha para el referéndum secesionista ilegal convocado para hoy por la Generalitat en Cataluña. La Policía y la Guardia Civil, por tanto, solo intervendrán en apoyo de la Policía autonómica en caso de que reciban esa petición o por una pasividad evidente de ésta. La decisión correspone al coordinador del dispositivo, Diego Pérez de los Cobos, quien ha conseguido un buen clima de colaboración entre los mandos de los distintos Cuerpos , a la espera de cuál sea la actitud final de cada uno de ellos.

En este sentido, la gran incógnita es la actitud que puedan adoptar los Mossos, que han recibido la orden del mayor, Josep Lluís Trapero, de cerrar los colegios y retirar urnas y papeletas , pero al mismo tiempo también les advierte de que no podrán utilizar la fuerza salvo para defenderse o proteger a alguien que sea víctima de la violencia. La actuación de la Policía autonómica va a ser objeto de especial atención por parte de los responsables del dispositivo , que tomarán decisiones en función de ello.

«Los Mossos van a hacer cosas, pero no se sabe si todo lo necesario o darán una de cal y otra de arena. Su papel es muy difícil, eso es evidente, porque una parte relevante de la población a la que sirven está a favor del referéndum . Saben que su imagen puede quedar deteriorada si hay episodios de violencia y querrán minimizar daños. Pero son ellos los que tienen la responsabilidad principal en este asunto y lo lógico es que estén en primera línea. Cuestión distinta es que Policía y Guardia Civil tengan que intervenir para garantizar el cumplimiento de la orden de la magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña», explican las fuentes consultadas por ABC.

La verdad es que, aunque con cautelas, la impresión ayer sobre este asunto era bastante mejor que después de los graves acontecimientos vividos por la Guardia Civil en el registro de la sede de la Vicepresidencia y Consejería de Economía de la Generalitat, provocados por la pasividad de la Policía autonómica. La comunicación entre los profesionales ha mejorado y hay un clima de una cierta confianza entre todos ellos.

El dispositivo de seguridad es el mayor desplegado jamás en España y en él participan cerca de 30.000 mossos, guardias civiles y policías que están desplegados en toda Cataluña. La mayor presencia es de los primeros, con unos 18.000 agentes, mientras que los otros dos Cuerpos cuentan con algo más de 10.000 cada uno, entre personal de plantilla y los que han sido trasladados para esta misión.

La distribución del territorio entre Policía y Guardia Civil se ha hecho en base a quién tiene instalaciones propias en cada zona. De esta forma, tanto Barcelona y las ciudades de su cinturón, así como el resto de capitales de provincia, estarán en manos de la primera, mientras que las zonas rurales serán responsabilidad del Instituto Armado, siempre en las condiciones ya citadas.

A pesar del amplísimo despliegue de estos dos Cuerpos, las fuentes consultadas por ABC advierten de que «será imposible llegar a todos los pueblos de Cataluña», por eso se van a centrar en aquellos donde hay mayor concentración de población. «No se podrá evitar que se vote en algún sitio –advierten las mismas fuentes–, pero lo que está claro es que suceda lo que suceda no podrá calificarse de referéndum».

También se asume que habrá bastantes mesas que se constituyan, aunque sea en condiciones muy precarias y sin las mínimas garantías democráticas. En ese escenario, y siempre a la espera de lo que hagan los Mossos, las actuaciones diseñadas por la Policía y la Guardia Civil son «quirúrgicas» . Se trata de «entrar rápido y en el momento adecuado, intervenir todo el material que se esté utilizando, identificar a los responsables y abandonar la zona cuanto antes». Por supuesto, a los agentes se les instruye para que sean extremadamente cuidadosos, en especial con ancianos, mujeres, niños y cualquier persona vulnerable.

La magnitud del despliegue ha hecho necesario movilizar no solo a los expertos en este tipo de operativos (GRS en el caso de la Benemérita, UIP en el de la Policía) sino también a agentes de seguridad ciudadana, con menos experiencia. El dispositivo prevé que a los puntos «calientes» acudan solo los mejor preparados , y el resto trabaje en otros menos comprometidos. Con ello se minimizan las posibilidades de cometer un error grave, lo que tendría consecuencias imprevisibles.

Uno de los problemas que se plantean es la más que posible utilización de tractores para cortar carreteras y proteger colegios electorales, lo que afectaría a la eficacia del dispositivo por las dificultades de movilizar a los agentes de un punto a otro. Por ello, se ha diseñado un plan específico con los medios adecuados para resolver este inconveniente en cuanto se plantee.

El segundo reto del plan de seguridad se planteará a partir de la tarde y se prolongará los días sucesivos. Tiene que ver, como ya ha informado ABC toda esta semana, con la l legada a Barcelona de elementos anarquistas y antisistema , además de grupos de proetarras que ven en la cita una ocasión perfecta para sus algaradas.

Los servicios de Información de las Fuerzas de Seguridad ya han detectado la presencia de varios de estos grupos, entre ellos los «Black Block», expertos en algaradas y que cuentan con manuales para hacer el máximo daño posible. La mezcla de todos estos individuos con gente de Arran puede ser explosiva y a nadie le puede extrañar, toda vez que esta última organización se mueve mucho más por sus ideas antisistema que por las nacionalistas radical es.

Menos peligro hubo en las continuas visitas que los Mossos realizaron a los 163 colegios ocupados en Barcelona durante la jornada de ayer. De forma metódica y cada cuatro o cinco horas, las parejas de efectivos de la Policía autonómica acudieron a los centros educativos tomados por padres que, junto a sus hijos, pasaron allí la jornada con un único objetivo: mantener el colegio abierto para que hoy se constituyeran allí las mesas electorales .

«Los niños han dormido bien. Nosotros, algo peor», comentó Albert, uno de estos padres, desde el recibidor del colegio L’Univers de Barcelona, situado en el barrio de Gracia, bastión del soberanismo. Allí pasaron la noche unos 40 adultos con otros 40 niños, que cambiaron su dormitorio por el gimnasio del colegio y la cama por una esterilla en el suelo. Padres como Albert justificaron que sus hijos vivieran esta situación al señalar que, de esta forma, pretenden «trasladar los valores de la democracia y la participación en la vida pública a los más pequeños».

Una vez que salió el sol, los niños, ajenos a las visitas de madrugada de los Mossos, bajaron a la cocina del centro para desayunar y coger fuerzas, puesto que a lo largo del día, los adultos les habían preparado un plan de actividades que iban desde juegos en grupo hasta jardinería o torneos deportivos. Mientras tanto, con los más pequeños ocupados, los mayores recibieron incluso la visita de abogados que les asesoraron legalmente.

Esta práctica de mantener a niños en las escuelas para intentar llevar a la práctica una consulta ilegal , fue denunciada por la líder de Cs en Cataluña, Inés Arrimadas, que presentó ante la Fiscalía de Menores una denuncia contra la consejera de Enseñanza, Clara Ponsatí, por «utilizar a los niños en el marco de la confrontación ideológica, y usarlos como meros instrumentos involuntarios e inocentes de los designios de los mayores de edad». Arrimadas acusó a Ponsatí de llevar a la práctica «adoctrinamiento ideológico de menores».

Con este ambiente, las entidades secesionistas rebajaron ayer la euforia mostrada días atrás. Jordi Sànchez, presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), sorprendió, durante una rueda de prensa, al rebajar «el éxito» del 1-O a una participación de un millón de personas, cuando para el 9-N de 2014, según el recuento de los propios organizadores y partidarios de la secesión, participaron 2,3 millones de ciudadanos.

Sànchez admitió «la dificultad de una alta participación», debido a la presión del Estado. A las 6.00 de hoy, los Mossos iniciarán los precintos de los «colegios electorales»; poco después está previsto que la Generalitat intente abrirlos. Es 1 de octubre.

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