Sánchez, junto a la candidata del PSE, Idioa Mendia
Sánchez, junto a la candidata del PSE, Idioa Mendia - Efe

El líder del PSOE no cede ante los barones y tampoco aceptará otro candidato del PP

Intentarán imponerle esa opción en el Comité Federal para evitar elecciones

Madrid Actualizado: Guardar
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Pedro Sánchez tampoco aceptará la propuesta de apoyar la investidura de un candidato popular distinto de Mariano Rajoy, si los barones exigen someterla a votación en la próxima reunión del Comité Federal del PSOE, señalan a ABC fuentes cercanas al líder del PSOE. Sánchez, que se siente arropado por la militancia en el rechazo furibundo al PP y está dispuesto a enfrentarse a unas terceras elecciones, ha visto reforzada internamente su postura tras el «caso Soria» y los episodios de Barberá y Matas.

En Ferraz dudan incluso de que Susana Díaz llegue a verbalizar el «globo-sonda» de la candidatura alternativa a Rajoy, que lanzó este miércoles para comprobar la reacción de las bases. De hecho, el resto de los barones todavía no la ha secundado.

El castellano-manchego, Emiliano García Page; el asturiano, Javier Fernández; el aragonés, Javier Lambán, y el valenciano, Ximo Puig, se han limitado a señalar que no es posible gobernar con Podemos y Ciudadanos y, menos aún, con apoyo independentista, y han defendido al extremeño, Guillermo Fernández Vara de los ataques en las redes sociales por parte de militantes «sanchistas»; pero sin hablar de otro candidato del PP. Ni siquiera Vara, que defiende desde el 26-J la abstención técnica del PSOE para arrancar la legislatura y luego pasar a la oposición.

Lo que sí tienen claro todos es que no van a dejar que Sánchez siga mareando la perdiz con el gobierno alternativo PSOE-Podemos-Ciudadanos, «un engaño». Se sienten en la obligación de hacer algo para huir del «callejón sin salida» en que ven al partido y la opción que les queda es aupar a la Presidencia del Gobierno a alguien del PP distinto de Rajoy; hipótesis descartada, por cierto, hasta que han visto el deterioro popular de estos días.

«Estaríamos locos si les hacemos la sucesión», señalaban muchos dirigentes cuando Rajoy todavía no había perdido esa primera investidura. Un sentimiento que dejó por escrito el exvicesecretario general José Blanco en este tuit el 23 de agosto: «No me creo que haya ningún socialista que apueste o prefiera un gobierno presidido por otro candidato del PP distinto a Rajoy».

Pero, como reconocía el viernes un relevante miembro del PSOE de Rubalcaba para explicar el giro que abandera Díaz, «lo del PP empieza a ponerse imposible». Los críticos reconocen una victoria pírrica de Sánchez en el hecho de que ya es casi imposible abstenerse con Rajoy, incluso aunque el PNV cambie, porque soliviantaría a la mayoría de los 180.000 militantes. Y se aferran a la solución del candidato alternativo antes de que el líder detone su «arma»: consultar a la militancia un eventual acuerdo con Podemos. Consulta que ni Díaz ni el resto de los barones van a tolerar porque implica hacer recaer la estabilidad en los independentistas de ERC y la antigua Convergencia. No quieren «responderle» haciendo dimitir a la mitad más uno de la Ejecutiva (implicaría la renuncia de Sánchez) porque ganarían esta batalla pero significaría «la división del PSOE». Lo que van a hacer es evitar ese pacto con los independentistas y, segundo, imponer la abstención con otro candidato del PP que salve al país de elecciones. Esto les aterra porque el PSOE aparecería como «culpable» de volver a las urnas por tercera vez. «Para sobrevivir, Pedro está radicalizando al PSOE y al milite, alejándole de nuestros votantes». Y recuerdan que en los sondeos publicados tanto por ABC como por otros medios, en los que nada menos que la mitad de votantes socialistas el 26-J no comparte la estrategia de bloqueo.

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