Iñigo Errejón durante una comparecencia en el Congreso
Iñigo Errejón durante una comparecencia en el Congreso

Íñigo Errejón, silencio y soledad

El número dos de Podemos guarda silencio tras el cese de Sergio Pascual, su principal apoyo en el partido

Madrid Actualizado: Guardar
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No hay ningún otro partido que tenga un número dos tan mediático como es el caso de Íñigo Errejón en Podemos. Hasta ahora, el portavoz en el Congreso era percibido como el gran arquitecto de la estrategia de Podemos para convertir el partido en lo que él mismo definió como una «máquina de guerra electoral». El choque con Pablo Iglesias, que había asimilado esa estrategia, presenta ahora a un nuevo Errejón. Su figura transmitió ayer un inequívoco sentimiento de aislamiento y soledad.

Dirigentes como Irene Montero, Rafael Mayoral o Carolina Bescansa se prodigaron ayer para justificar la decisión de Iglesias de cesar a Sergio Pascual como secretario de Organización. Mientras, Íñigo Errejón no apareció y ni siquiera planteó ninguna posición a través de las redes sociales, donde su última actividad fue compartir un tuit de José Manuel López y anteriormente, en la noche del martes, el mensaje en Twitter de Pascual tras ser cesado.

Con Pablo Iglesias como eurodiputado, Íñigo Errejón y Sergio Pascual habían asumido la estrategia del partido, el mensaje en el día a día y su organización en los diferentes territorios. Un modelo sobre el que ahora se ha abierto el debate en el seno de la formación y que alcanza también a la forma que el partido debe relacionarse con el PSOE.

Con el cese de Pascual, con el que Iglesias pretende zanjar la crisis territorial en Madrid mientras Luis Alegre, líder en la región y su hombre de confianza, se mantiene en el cargo, Errejón ha perdido a su gran aliado dentro del partido, también íntimo amigo personal.

Esa situación, unida a que sus partidarios en el Consejo Ciudadano en Madrid dimitieron la pasada semana, colocan a Errejón en una posición de inferioridad dentro del partido.

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