poster Vídeo

Las frases más polémicas de Pedro Sánchez en su reaparición en «prime time»

Dijo que España «es una nación de naciones», admitió que se equivocó cuando tildó a Podemos de «populista» y retó a Susana Díaz a presentarse a las primarias. Aunque, sin duda, las palabras más polémicas se las dedicó a los «poderes fácticos» que no le habían dejado gobernar

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Un día después de renunciar a su acta de diputado y tras treinta días de calculado silencio, Pedro Sánchez reapareció ayer en televisión para dar la cara tras su salida como secretario general del PSOE y abordar muchas de las polémicas que le rodean. Sánchez dio muchos titulares y dejó frases que, probablemente, tendrán una pronta reacción. Por primera vez dijo que España «es una nación de naciones», admitió que se equivocó cuando tildó a Podemos de «populista», retó a Susana Díaz a presentarse a las primarias y denunció que el PSOE andaluz no le había apoyado con lealtad. Aunque, sin duda, las palabras más polémicas se las dedicó a los «poderes fácticos» que no le habían dejado gobernar.

«España es una nación de naciones»

El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez aboga ahora por una reforma de la Constitución que busque que Cataluña «se sienta integrada dentro de España como nación que es».

Según el exlíder socialista, «una de las principales lecciones» que ha «sacado en estos casi tres años» como máximo responsable del país ha sido «comprender la naturaleza del país». «España es una nación de naciones. Cataluña es una nación dentro de otra nación que es España, como lo es también el País Vasco, y esto es algo de lo que tenemos que hablar y reconocer»

En el proceso de primarias para llegar a la Secretaría General, Sánchez habló en una ocasión de Cataluña como una nación, pero rectificó y nunca volvió a utilizar esta terminología en sus dos años al frente del partido. Durante este tiempo, ha asegurado que su objetivo era reconocer las «singularidades» de Cataluña y así se ha recogido en los documentos para la reforma constitucional que ha presentado el PSOE durante su mandato.

De esta manera se incluía también en el programa del PSOE para las elecciones generales. Sánchez explicó entonces que rechazaba el reconocimiento de Cataluña como 'nación' porque los independentistas lo usan de manera «excluyente», pero admitía que es un término «polisémico».

Habló con los independentistas

Sánchez ha asegurado que él siempre cumplió con el mandato del Comité Federal y, por eso, no negoció con los independentistas, pero ha reconocido que «hubo conversaciones». Eso sí, ha querido diferenciar «dos etapas». Según ha dicho, en la primera legislatura habló con los nacionalistas catalanes pero estaban mucho más firmes en sus posiciones que después de las elecciones de junio, cuando eran más proclives a "encontrar vías» de entendimiento. En ese momento, ha dicho, había "muchas más posibilidades para facilitar un gobierno alternativo del PP". Eso sí, y aunque ha recalcado que «hay que hablar con todos", ha subrayado que no habló "nunca" con ellos de celebrar un referéndum de autodeterminación de Cataluña, como exigían los independentistas.

«Si veo agua en la piscina, no faltaré a la cita»

Sánchez ha asegurado también que tiene «ganas, voluntad y fuerzas» para volver a liderar el partido, y se presentará al próximo congreso del partido si la militancia le apoya. «Si veo que hay agua en la piscina, no faltaré a la cita»

Acusa a la gestora de acorralarle

Sánchez ha acusado a la Gestora que ahora dirige el PSOE de llevarle a esta renuncia, al no permitir que sólo se abstuvieran once diputados socialistas en la investidura de Mariano Rajoy, con ese objetivo. A su juicio, con esa decisión de que la abstención fuera en bloque, la actual dirección del partido quería situarle ante una situación «imposible»: o se abstenía, en contra de su posición, o rompía la disciplina y el mandato del Comité Federal.

«La única opción que tenía era salir del Congreso», ha dicho, para después subrayar que ésta era «la intención» de la Gestora, quitarle «cualquier tipo de plataforma y de recursos» para el proceso de primarias que se abrirá «contra los aparatos» que, ha dicho, actuarán apoyando a «otras candidaturas»

Dardos contra Susana Díaz

Eso sí, ante la pregunta de si quiere enfrentarse a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en unas primarias, Sánchez ha subrayado que la también líder del PSOE andaluz tiene «la responsabilidad y la obligación de dar un paso al frente y presentarse» a ese proceso. «No estoy muerto, aquí estoy», ha remachado después, cuando se le ha planteado si Díaz ha querido 'acabar' con él.

Además, Sánchez ha defendido que el PSOE no puede «estar pendiente de la agenda personal de un dirigente», en alusión a Díaz, y ha criticado que el PSOE de Andalucía no haya contribuido a la unidad interna en el partido. «Es necesario que el socialismo andaluz sea un factor de estabilización del socialismo español», ha añadido Sánchez trasladando la reflexión a la líder andaluza.

Trabajar «codo con codo» con Podemos

Sánchez también ha señalado durante la entrevista algunos de sus «errores" durante los tres años al frente del PSOE, y ha destacado como uno de ellos el haber calificado de «populista» a Podemos poco después de ser elegido secretario general del partido.

«No sabía lo que significaba entonces, lo que había detrás de Pablo Iglesias», ha admitido Sánchez, destacando el «impulso renovador» que existe en Podemos como una de las carencias del PSOE actual, por lo que ha defendido un entendimiento preferente con la formación morada si los socialistas quieren seguir optando a gobernar España.

«El PSOE debe mirar de tú a tú y trabajar codo con codo con Podemos», ha asegurado Sánchez, reivindicando que durante sus tres años en Ferraz había marcado una «dirección correcta» en el «rumbo» de los socialista al encaminar al partido a "reconciliarse con el votante de izquierdas".

Los «poderes fácticos», contra él

El ex secretario general también ha acusado a medios de comunicación, incluso «supuestamente» de izquierdas, y empresarios de trabajar para impedir un pacto entre el PSOE y Podemos para alcanzar el Gobierno. Sánchez ha cuestionado el «pensamiento único» editorial contra el «entendimiento entre las dos izquierdas». «Una de las explicaciones de por qué la línea editorial de El País ha sido tan abusiva e incluso insultante en lo personal, no sólo en lo político, es que pudiera haber un entendimiento entre las izquierdas», ha dicho. «Creo que ha habido responsables empresariales que han influido o han intentado influir a través de los medios de comunicación (...). Han trabajado para que hubiera un gobierno conservador en este país». A la pregunta de si algunos empresarios han intentado influir a través de los medios en decisiones políticas, Sánchez contesta que sí y ha puesto como ejemplo a César Alierta.

Hernando, una «decepción personal»

En ese sentido, Sánchez ha admitido que sintió «pena» por los «reproches» mutuos entre el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, este pasado sábado durante la investidura de Mariano Rajoy, y ha reclamado "más entendimiento y cooperación" entre los dos partidos.

El ex secretario general del PSOE se ha referido a Hernando durante la entrevista al considerar como «una decepción personal» su decisión de continuar como portavoz socialista en el Congreso y la de apoyar la investidura de Rajoy con la abstención de los diputados del PSOE.

«Me da lástima que tomara esa decisión», ha dicho sobre Hernando, aunque Sánchez ha trasladado su decepción a otros «dirigentes" socialistas a los que reprocha que no se hayan comunicado con él desde el pasado 1 de octubre, cuando dimitió como secretario general tras un convulso Comité Federal en la sede de Ferraz.

Desde entonces, Sánchez ha revelado que ha recibido mensajes de personas tan dispares políticamente como Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, y el exministro Alberto Ruiz-Gallardón. También ha agradecido el gesto a los líderes de Ciudadanos y Podemos, Albert Rivera y Pablo Iglesias, aunque no al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con quien no ha vuelto a tener comunicación, ha asegurado Sánchez.

Felipe González «no es Dios»

Además de los «chascos» y «sorpresas para mal», como ha denominado Sánchez estos episodios con compañeros de partido, el ex secretario general del PSOE ha negado que prometiera a Felipe González una abstención que permitiera un gobierno del Partido Popular, tal y como aseguró el expresidente en una entrevista que detonó la crisis que acabó con el liderazgo de Sánchez.

«Yo hablé con él de la abstención, pero no en esos términos», ha explicado Sánchez, admitiendo que se planteó esa posibilidad hasta su encuentro con Rajoy después de las elecciones generales del 26-J, cuando la desestimó después de que el candidato del PP ofreciera a los socialistas, según su relato, participar en el gobierno.

Sánchez ha reconocido que González es el dirigente con el que probablemente más veces ha conversado en los últimos tres años, aunque ha negado que el histórico dirigente socialista sea «dios».

«Mi compromiso político no lo asumo con Felipe sino con el Comité Federal», ha proclamado antes de renegar del papel actual del expresidente socialista al afirmar que tanto él como otros militantes del PSOE no se reconocen en el Felipe González de 2016.

Ver los comentarios