Detenido el director de la discoteca palmesana Tito's

El arresto se sitúa en el marco de las últimas actuaciones judiciales contra el Grupo Cursach

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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La Policía Nacional ha detenido este miércoles al director de la discoteca palmesana Tito's, Jaime Lladó, en el marco de las actuaciones judiciales que desde hace varias semanas se están llevando a cabo contra el Grupo Cursach, propietario del citado establecimiento. Con anterioridad, entre finales de febrero y principios de marzo, la Policía había registrado ya varias empresas del grupo, entre ellas la discoteca BCM, el complejo Mega Park o la propia Tito's.

En ese contexto, cabe recordar que el pasado 3 de marzo el titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Palma, Manuel Penalva, había decretado ya prisión provisional y sin fianza para el propietario del mencionado grupo, Tolo Cursach, que es el principal empresario del ocio nocturno de Baleares.

El conocido magnate mallorquín había sido detenido junto con dos de sus principales colaboradores, Bartomeu Sbert y Antoni Bergas. El magistrado decretó también prisión sin fianza para Sbert, mientras que Bergas quedó en libertad con cargos.

Las actuales actuaciones contra el Grupo Cursach derivan de las investigaciones que el juez Manuel Penalva y el fiscal Anticorrupción Miguel Ángel Subirán iniciaron en 2013 relativas a la presunta existencia de una trama de corrupción en el seno de la Policía Local de Palma, que también afectaría al mismo cuerpo en el municipio mallorquín de Calviá.

La citada trama incluiría, entre otras actuaciones presuntamente irregulares, la manipulación de unas oposiciones en la jefatura palmesana de la Policía Local, la extorsión o el trato de favor a diversos empresarios de locales de ocio de la Playa de Palma —con la connivencia de altos cargos locales del PP—, o el amaño en la última adjudicación del servicio que controla el aparcamiento regulado en la capital balear.

En el caso del Grupo Cursach, el propietario del mismo habría contado a lo largo de los últimos años, presuntamente, con la supuesta «protección» de la Policía Local, de diversos cargos políticos y de funcionarios municipales. Penalva y Subirán sospechan que por ese supuesto motivo los locales de Cursach no solían ser inspeccionados y las sanciones económicas que se le imponían no solían ser finalmente ejecutadas. Por contra, las empresas competidoras de Cursach eran inspeccionadas muy a menudo y multadas en ocasiones de manera muy severa, lo que en algunos casos derivó en el cierre de varios de dichos negocios.

En el auto en el que el juez decretó el ingreso en prisión de Cursach, se le atribuían al empresario los delitos de cohecho, extorsión, amenazas, coacciones, uso de información privilegiada, pertenencia a organización criminal, contra la Hacienda Pública, blanqueo, tráfico de influencias, homicidio, corrupción de menores, contra el derecho de los trabajadores, falsedad documental, estafa procesal, aportación de documentos falsos en juicio y tenencia ilícita de armas.

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