Mariano Rajoy este fin de semana en Sitges
Mariano Rajoy este fin de semana en Sitges - efe

Las veinte medidas que pueden impulsar al PP ante las generales

ABC propone un conjunto de claves para una remontada de los populares de cara a las elecciones en solo seis meses

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Las elecciones europeas de mayo del año pasado fueron el primer aviso serio en las urnas al PP y a Mariano Rajoy. La ausencia de autocrítica en aquella ocasión, y el convecimiento de que la incipiente recuperación económica daría alas a su partido, llevaron a aplazar unos cambios que muchos veían ya necesarios. Un año después, aquel aviso se ha transformado en una pérdida de poder territorial a lo largo y ancho de España y un adiós a las mayorías absolutas y a feudos simbólicos como Madrid y Valencia, con el golpe moral añadido que supone.

Rajoy confirmó la semana pasada que hará cambios, en el PP y el Gobierno, para recuperar la confianza de la mayoría de los ciudadanos y poder llegar a las generales, previstas para finales de año, con garantías de éxito.

Corregía así su primer análisis del 24-M, muy corto de autocrítica y decepcionante para muchos dentro y fuera de su partido. Su objetivo es lograr un segundo mandato para culminar su plan reformista y consolidar el nuevo ciclo de recuperación económica, con una meta clara: lograr los 20 millones de trabajadores dentro de cuatro años.

Rajoy se lo quiere tomar con calma. «Iremos poco a poco tomando medidas», explicó en el Congreso. Los primeros días están siendo de reflexión y análisis, y llamamientos a la serenidad y a la prudencia a los barones críticos. El presidente se está reuniendo y está hablando con los dirigentes territoriales, pero también con la cúpula de su partido y con los ministros. Quiere escuchar y tomar nota, y a partir de ahí tener un diagnóstico acertado que le permita hacer los «mejores» cambios, ya sean de personas, o estructurales.

Cambios: tras el 13 de junio

Fuentes de Moncloa señalan que será tras la constitución de los ayuntamientos, prevista el 13 de junio. El objetivo es afrontar agosto con un partido y un Gobierno reforzados, que acentúen el mensaje político y la comunicación. No habrá tiempo para mucho más, ya que a finales de septiembre, primeros de octubre como mucho, se disolverán las Cortes y se convocarán las elecciones. Serán meses decisivos, en los que Rajoy quiere exhibir que los sacrificios han tenido resultado, que ha cumplido su programa y que el PP representa el centro, con un PSOE abrazado a Podemos.

Medidas:

1 Renovación en el partido

El propio Rajoy ha admitido que son necesarios los cambios. Caras nuevas que refuercen la dirección nacional tras el resultado del 24-M, que simbolicen el futuro del partido y que debatan con los «emergentes» en igualdad de condiciones. Pablo Casado es uno de los que están en las quinielas, como parte del relevo generacional, mientras algunos destacados barones cuestionan la continuidad de María Dolores de Cospedal.

2 Cambios en el Gobierno

El Gobierno necesita un impulso político en los últimos meses de legislatura, y en eso está Rajoy. Puede haber algún cambio de personas (Wert está en la puerta de salida), pero también de estructura interna. No se trata tanto de aprobar más leyes o reformas (ya casi no hay tiempo), como de reforzar el mensaje y llegar a las elecciones con un Gobierno activo, y no cansado o en declive. Reforzar el mensaje político de la portavoz es una de las claves. Un mero cambio cosmético no sería suficiente. Existen ministros agotados que podrían dar paso a una revitalización de la actividad política del Ejecutivo.

3 Reformas en la Justicia

Una de las expectativas más frustradas por parte del actual Gobierno fue su promesa de despolitizar la Justicia y modernizar su funcionamiento. A pesar del escaso tiempo con que cuenta el Gobierno de Rajoy, todavía es posible abordar, al menos en parte, una reforma ambiciosa del sistema judicial español.

4 Mejorar la comunicación

Es uno de los clásicos. Lo primero que dijo Rajoy tras el 24-M es que se debía mejorar la comunicación, explicar bien cómo se evitó la quiebra y el rescate, de dónde venía España tras los gobiernos socialistas y cómo se ha logrado encontrar la solución. A la vicepresidenta Sáenz de Santamaría se le reprocha, especialmente algunos compañeros de gabinete, el no haber sabido rentabilizar sus privilegiadas relaciones con los medios.

5 Defensa de los principios del PP

El PP y el Gobierno no pueden renunciar a los principios tradicionales de esas siglas, y hacerlo en aras de un consenso parlamentario que no es necesario con la mayoría que les dio las urnas no es algo que les reporte beneficios. Han faltado seguridad, claridad y decisión, y eso ha llevado a una parte del electorado del PP a abstenerse o votar a otras opciones.

6 Aprobación de la reforma del aborto

La no reforma de la ley del Aborto ha sido uno de los grandes errores del Gobierno esta legislatura, tras incluirla en su programa electoral. Después de un proyecto tirado a la basura y la dimisión de un ministro de Justicia, se pasó la patata caliente al Grupo Popular, que hizo una proposición de ley corta y puntual, que va ya por su tercera prórroga en el plazo de enmiendas. Los tiempos se acaban en el Parlamento.

7 Intensificar la bajada de impuestos

La subida de impuestos fue uno de los mayores incumplimientos del programa del PP, que se ha rectificado solo en parte. El Gobierno tiene una oportunidad de llevar adelante una política fiscal que atienda a determinados colectivos, como es el caso del IVA cultural, y muy especialmente que favorezca a las clases medias, verdaderas vertebradoras de la sociedad actual.

8 Una auténtica política de familia

Después de años de retraso, el Gobierno presentó en plena campaña su prometido Plan de Familia, decepcionante para las asociaciones. Faltan ayudas a la maternidad y más medidas concretas para solventar el problema demográfico que tiene España.

9 Contundencia contra la corrupción

Los escándalos de corrupción que afectan directamente al PP exigen un mensaje y acciones contundentes, y poner fin a cualquier sombra de duda que exista. El plan anticorrupción aprobado, seguramente el mayor de la democracia, apenas ha tenido resonancia en la sociedad. En la campaña, Rajoy ha eludido un asunto que es de los que más preocupan a los ciudadanos.

10 Aplicar acciones de «nueva política»

La «nueva política» ya está aquí y viene para quedarse. El presidente admitió el lunes pasado que el PP y el Gobierno tienen que demostrar más cercanía, más proximidad con los ciudadanos. A lo que habría que añadir más participación, más atención a los mensajes de la calle, más renovación, tolerancia cero a la corrupción con gestos ejemplarizantes y una línea de comunicación más directa con los electores y ciudadanos.

11 Retirada de candidatos derrotados

El impulso del PP y del Gobierno de Rajoy pasa por relevar a los candidatos y dirigentes derrotados en las elecciones, y abrir un proceso de renovación con políticos que definitivamente pongan punto final a etapas pasadas, relacionadas con escándalos de corrupción, como ocurre en la Comunidad Valenciana o en Madrid.

12 Sensibilidad social en los mensajes

La recuperación económica es un hecho, pero sigue habiendo más de cuatro millones de parados y la pobreza amenaza a muchos españoles. El mensaje triunfalista del Gobierno por la salida de la crisis choca con la realidad que viven aún millones de personas. No hacen falta declaraciones ampulosas, sino tener fe en las ideas propias e ilusión por un futuro mejor. Un concepto tan sencillo como decir que este Gobierno va a trabajar para que tú vivas mejor.

13 Mantener las políticas de empleo

Rajoy ha admitido que habrá cambios, pero no en su política económica, que ha situado a España a la cabeza del crecimiento en Europa y está permitiendo crear empleo. Perseverar en el rumbo en la recta final de la legislatura es uno de sus objetivos.

14 Freno al desafío independentista

El referéndum independentista fue un fracaso, y los secesionistas han perdido fuerza, como se ha visto en Barcelona. Pero el desafío continúa, y el intento de convertir las elecciones autonómicas del 27 de septiembre en plebiscitarias, también. El Gobierno ha actuado con la ley en la mano, y con recursos ante el Tribunal Constitucional, pero se ha echado en falta un discurso político más rotundo y menos paños calientes con los nacionalistas.

15 Más presencia en las Comunidades

El Gobierno de España debería estar mucho más presente en las comunidades autónomas, sobre todo en aquellas, como Cataluña y el País Vasco, donde los nacionalistas quieren acabar con la idea misma de España y han escondido los símbolos nacionales en las instituciones públicas. El Estado ha rescatado a muchas comunidades estos años de crisis, empezando por Cataluña, ante su imposibilidad de garantizar servicios públicos, y apenas lo ha explicado allí.

16 Ahondar en la reforma de las administraciones

La reforma de las Administraciones Públicas lleva un ahorro acumulado de más de 20.000 millones de euros, pero apenas ha tocado uno de los problemas planteados con la crisis: el elevado número de ayuntamientos (lejos de fusionarse, han aumentado su número) y ni siquiera ha abierto el debate sobre la existencia de las diputaciones provinciales y las numerosas capas administrativas que hay en algunas comunidades.

17 Tender puentes con otros partidos

La ausencia de mayorías absolutas va a marcar la política española en los próximos años, en todos los niveles, también en el Congreso de los Diputados. Si se mantiene la tendencia de las encuestas y la de las últimas elecciones, el PP podría ganar en las generales, pero quedaría muy lejos de esa mayoría. Necesitará pactos, y quizás con más de un partido. Tiempo de diálogo, entendimiento y de tender puentes en el Parlamento, y no de quemarlos.

18 Política antiterrorista sin fisuras

Entre los reproches que más se repiten por parte de los votantes clásicos del PP se encuentran la política fiscal, la Justicia, la ley del aborto, la lucha contra la corrupción y la estrategia antiterrorista. En esta materia el Ejecutivo de Rajoy debería poner más acento para que su postura no tuviese sombra de duda alguna. El caso Bolinaga dañó mucho la credibilidad del Gobierno en este punto.

19 Mejorar la coordinación PP-Gobierno

Que la coordinación entre el Partido Popular y el Gobierno es mejorable es algo en lo que coinciden muchos en ambas partes. La relación manifiestamente mejorable entre la vicepresidenta del Gobierno y la secretaria general del partido sólo ha podido perjudicar la buena marcha de esa coordinación en un momento en el que ambas se necesitaban.

20 Más atención a las clases medias

Han sido las más desatendidas en estos meses y representan el mayor caladero de votos del PP. Se trata de decirles que hay que renovar la idea de los lazos de unión de todo el país para que la gente tenga un trabajo decente, acceso a una buena educación, comprarse su propia casa, tenga dignidad cuando se retire y se sientan protegidos y seguros a lo largo de toda su vida.

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