Asesinato de Gregorio Ordóñez. Archivo
Asesinato de Gregorio Ordóñez. Archivo - ABC

Las víctimas de Lasarte: «España es el país del 'low cost' del crimen»

El etarra ha cumplido únicamente dos años y siete meses de prisión por cada vida humana arrebatada

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«Que la sociedad a la que ahora se incorpora Valentín Lasarte recuerde siempre lo que ha sido: un asesino miserable». Rubén Múgica, hijo del abogado socialista vasco Fernando Múgica Herzog, combatía ayer el desconsuelo que le provoca la imagen en libertad del pistolero del «comando Donosti» de ETA, 19 años después de asesinar a su padre. Y esgrimió para ello el arma más poderosa que conservan las víctimas del terrorismo: la verdad y la memoria. «Hay que confrontar las biografías de las víctimas con la suya, arrojarle la memoria de los asesinados. Que todos sepan que quien pasea por las calles es un asesino cobarde y las ensucia», aseguró a ABC.

Proclamar la verdad de lo ocurrido, aunque no haya «Justicia», era ayer el único consuelo posible, un antídoto, entre los familiares directos de las siete víctimas de Lasarte.

Dos años y siete meses de prisión por cada vida humana arrebatada. «España es el país del “low cost” del crimen», se dolió al teléfono la hermana del concejal del PP de San Sebastián, Gregorio Ordóñez. Consuelo conoce bien el sabor del desamparo que han sentido las víctimas en un sistema que se ha mostrado de «No Derecho», como dice la presidenta de Covite. Por la «tibieza» de las penas, coincide con el Gobierno de España. Pero sobre todo porque se conceden beneficios penitenciarios a quienes se dicen «arrepentidos» pero no están dispuestos a colaborar en la resolución de sus crímenes.

« Me ofende que me digan que Valentín Lasarte está arrepentido. Estoy cansada de ir a los juicios a ver su amnesia. Y a mentir», reacciona Ordóñez con vehemencia.

Máxime cuando ella sí supo arrancarle al exetarra, en una conversación grabada el 22 de junio de 2012 en la cárcel, un testimonio valioso que probaría que hubo más responsables del crimen de su hermano. Él le siguió y dio el aviso para que «Txapote» y Carasatorre lo ejecutaran en el bar La Cepa de la parte vieja, en 1995. Pero hubo más.

-«¿Vigilabas a mi hermano?»

-«Sí».

-«Además de ti, de «Txapote» y de Carasatorre, ¿había otros que vigilaban a mi hermano?»

-«Sí. Había más gente».

El libro «Agujeros del sistema. Más de 300 asesinatos de ETA sin resolver», de Juanfer Fernández, recoge extractos de aquella dolorosa conversación, cuya grabación ha solicitado a Instituciones Penitenciarias el juez Pedraz tras reabrir el sumario de Gregorio Ordóñez. Lasarte sería testigo clave para resolver el caso. Si colaborase.

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