9-N: Las irregularidades de una consulta sin las más básicas garantías democráticas
La vicepresidenta de la Generalit, Joana Ortega - Efe

9-N: Las irregularidades de una consulta sin las más básicas garantías democráticas

Las diferencias con respecto a cualquier votación democrática y transparente que se precie son múltiples y flagrantes

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Las diferencias con respecto a cualquier votación democrática y transparente que se precie son múltiples y flagrantes

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  1. Un simulacro

    La vicepresidenta de la Generalit, Joana Ortega
    La vicepresidenta de la Generalit, Joana Ortega - Efe

    Aunque desde el Gobierno de Artur Mas han querido darle apariencia de impoluta legitimidad al simulacro de consulta del 9-N, con la propia Joana Ortega, vicepresidenta de la Generalitat, informando puntualmente sobre la participación y resultados de una votación organizada por entidades sociales, lo cierto es que ahí se acaba todo posible espejismo sobre una votación propia de un proceso transparente y democrático: las imágenes de los voluntarios —e incluso políticos independentistas, como Oriol Junqueras— clasificando los votos, o la facilidad para que un mismo ciudadano pudiera votar en varias ocasiones, como ha desvelado ABC, ponen de manifiesto que en efecto la consulta secesionista era solo un simulacro. Estos son algunos de esos hechos

  2. Votar cuando el 9-N ha pasado

    Ángel de Antonio

    En el simulacro de consulta del 9-N se puede votar hasta el 25-N. Aunque se hayan anunciado los resultados, aunque desde el comienzo de las votaciones hasta su fin hayan pasado dos semanas. Porque las urnas se mantienen abiertas en ocho centros repartidos en las cuatro provincias catalanas para todos aquellos que no pudieran o no quisieran ir a votar el domingo.

  3. Ningún órgano de control

    El presidente catalán, Artur Mas
    El presidente catalán, Artur Mas - Efe

    No ha mediado en el proceso ningún órgano que garantice o vele por la limpieza del proceso y que pueda mediar en las posibles reclamaciones. Ni una Junta Electoral ni una comisión de control como había ideado Mas antes de que el Tribunal Constitucional aceptara la impugnación de la consulta por el Gobierno.

  4. Voluntarios independentistas para el recuento

    Oriol Junqueras, de ERC, a punto de contar las papeletas
    Oriol Junqueras, de ERC, a punto de contar las papeletas - Reuters

    Las redes sociales se escandalizaban cuando, el primer día de votación, al efectuar el recuento de papeletas, se pudo ver al propio líder de ERC, Oriol Junqueras, abriendo sobres y clasificando los votos que luego le pasaba o no al voluntario que tenía a su lado. Además, los voluntarios de las mesas eran claramente parciales, procedentes del «pacto por el derecho a decidir». La mesas se constituyeron sin interventores, apoderados ni representantes de distintas opciones, algo que no ocurre en las votaciones transparentes.

  5. Votar varias veces

    Una de las tres veces que este barcelonés votó
    Una de las tres veces que este barcelonés votó

    Ante la falta de un listado oficial de electores y la carencia de un sistema informático que cruzara los datos de las distintas mesas, quedaba la puerta abierta al fraude. Solo era necesario mostrar el DNI y ser mayor de 16 años para poder votar. Esto ha propiciado que quienes hayan querido, hayan podido votar en varias ocasiones, como en el caso del joven barcelonés del que se hacía eco ABC.

    Según explicaba, en primer lugar acudió a votar al lugar que se le había asignado. Sin embargo, después se dirigió a otros dos municipios de la zona para repetir la misma operación. «Estuve buscando localidades cercanas donde existiese una calle homónima a la que vivo. Cuando obtuve la información, consulté en la página oficial el colegio al que los residentes en dichas calles debían dirigirse», explicó a ABC.

  6. Sin cabinas

    Uno de los colegios donde se votó el 9-N
    Uno de los colegios donde se votó el 9-N - Ángel de Antonio

    Una de las características de las votaciones democráticas radica en la importancia de garantizar el voto secreto. Sin embargo, no había cabinas en las que poder realizar en este proceso, según ha denunciado Sociedad Civil Catalana.

  7. Sin neutralidad

    Votación en México
    Votación en México - Efe

    El proceso ha estado dirigido desde el primer momento a una determinada respuesta por los mismos organizadores de la consulta. No ha existido neutralidad en la larga campaña, ni en la organización y celebración, donde predominó un mapa de Europa con una Cataluña ya independiente.

    El mismo 9-N, y pese a que se le había pedido a los voluntarios que no llevaran indumentaria que pudiera condicionar el voto, en las inmediaciones de estos locales había pancartas favorables al «sí» a la independencia, así como banderas secesionistas («estelades») —estas incluso en algunas mesas—.

  8. Pocos observadores

    El presidente de la Generalitat, Artur Más
    El presidente de la Generalitat, Artur Más - Ángel de Antonio

    Un centenar de observadores internacionales no reconocidos por la Generalitat se desplazaron a Cataluña para seguir la jornada. Lo hicieron a instancias de plataformas independentistas, ya que el Gobierno catalán solo logró contactar con diez, tal y como ya informó ABC. Este número además es claramente insuficiente, pues se calcula que la cifra óptima es el 10% del total de mesas de participación (había instaladas 6.430 en toda Cataluña).

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