Emilio Lamo de Espinosa
Emilio Lamo de Espinosa - ABC
Lucha contra la corrupción

Lamo de Espinosa: «El mensaje debe ser claro y rotundo: tolerancia cero con la corrupción»

El director del Real Instituto Elcano reclama plan de regeneración democrática avalado por los dos grandes partidos

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ABC solicita a varios intelectuales sus propuestas para un cambio ético que ayude a regenerar el sistema ante los sucesivos escándalos de corrupción. Emilio Lamo de Espinosa, director del Real Instituto Elcano, reclama urgentemente un plan de regeneración democrática avalado por los dos grandes partidos.

¿Qué medidas propone para que Gobierno y oposición regeneren éticamente el sistema?

Hace falta, urgentemente, una plan de regeneración democrática, avalado al menos por los dos grandes partidos, y presentado públicamente con todo el énfasis y compromiso posible. El plan debe contener muchas medidas pero al menos dos: una limitación fuerte de la discreccionalidad en los procesos de toma de decisión que afectan al gasto público, y una ampliación fuerte de la transparencia en esos procesos.

Pero tan importante como el contenido es visibilizar ante la ciudadanía el bochorno por el espectáculo que están dando, y la determinación del partido del gobierno y del PSOE de ponerle fin. El mensaje debe ser claro y rotundo: tolerancia cero para cualquier forma de corrupción.

¿Hay un riesgo real de que la inacción derive en una quiebra del sistema?

No lo creo mientras la justicia siga haciendo su tarea, como la hace, con la máxima independencia (por cierto ¿podría ser sólo un poquito menos lenta?). La ciudadanía es más conservadora y, desde luego, mucho más paciente de lo que creemos y de lo que cree ella misma. Pero la indignación lleva creciendo hace ya al menos cuatro o cinco años y la frontera entre ella, el populismo (que todavía desea participar y renovar), y la quiebra total de confianza por pasotismo y desafección (estilo Beppo Grillo) es sutil. Sin olvidar que la indiferencia, en nuestro caso, alimenta nacionalismos salvadores y limpios de culpa.

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