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El presidente, Mariano Rajoy, junto a la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, y Esperanza Aguirre - AFP

Rajoy pide no atender a «los cantos de sirena» del «populismo y la «bisoñez»

Elige para su mitin central la región de Madrid, uno de sus feudos históricos ahora en peligro según las encuestas

MADRID Actualizado: Guardar
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Rajoy ha pedido en su mitin central de campaña que los electores no dejen «que los cantos de sirena del radicalismo, el populismo o la bisoñez nos desvíe del camino» que llevará a los 20 millones de empleados en 2020. El presidente, en lo que siempre ha sido una plaza fuerte electoral pero ahora está en horas bajas, advirtió contra «los programas que son papel mojado, porque no se han hecho para gobernar sino para ver si suman con otros». Y puede pasar que «se vote a un candidato y acabe elegido otro».

El presidente inició su mitin recordando a «los compatriotas asesinados en Kabul», porque «son nuestro mejor rostro y encarnan lo mejor de nuestro país». También agradeció la labor de los otros agentes que estaban allí y que evitaron «una tragedia mayor» al proteger al resto de españoles que estaban aquí.

A continuación, saludó a Leopoldo López, padre del opositor venezolano del mismo nombre que está «encarcelado con una condena de 14 años por sumarse a una manifestación de estudiante». Una cerrada ovación siguió a sus palabras.

El padre, periodista, no puede volver a Venezuela porque reprodujo en su periódico una noticia de un diario español, y acaba de recibir la nacionalidad española. «Quiero para los venezolanos -dijo Rajoy- lo mismo que para los españoles: libertad, derechos humanos y prensa independiente». Eso, y que todos los presos políticos «pasen la Navidad en su casa con sus familias».

Rajoy ha elegido para su mitin central de campaña el que ha sido durante más de dos décadas su feudo principal: Madrid, que ahora según las encuestas podría dejar de serlo. De hecho, le costó llenar las 4.300 plazas de la plaza de toros de Las Rozas. La presidenta del PP regional, Esperanza Aguirre, apeló a los indecisos, y a los «siete días que nos quedan para convencerlos de que no votar o votar a otras fuerzas políticas podría ser muy malo para España». Y hacerlo «sin descalificaciones» y «sin complejos».

Renegó de «la demagogia y el populismo barato, que luego sale carísimo» y que es «la miseria de pasado mañana». Y La independencia, dijo, es «una fuente inagotable de despotismo y de corrupción». Aclaró que «la política es mucho más que un desfile de modelos porque las fotos no crean empleo». Han pedido perdón, recordó, por muchos errores cometidos, pero «no vamos a pedir perdón por haber superado por segunda vez otra ruina económica que nos dejaron los socialistas».

En definitiva, llamó a «no escondernos por ser del PP», reiteró en que «sólo nos queda una semana» para convencer a otros de que «no se dejen engañar» por quienes «han apoyado y apoyan lo peor de la política», que «promueven modelos siniestros como el chavismo» o «son como los girasoles, mirando por la mañana a levante y por la tarde a poniente, según miran al sol de las encuestas».

Tras ella, le llegó el turno a la presidenta regional madrileña, Cristina Cifuentes, que insistió también en la necesidad imperiosa de movilizarse en esta última semana «calle a calle, vecino a vecino» para que salgan a votar el domingo y lo hagan apoyando al PP: no al PSOE porque «es el mismo que arruinó España aunque quieren presentarse como nuevos», ni a Podemos, que «por desgracia nos deja muestras de sus políticas, que en Madrid han traído más atascos, más suciedad y más contaminación». De Ciudadanos, con quien firmó un pacto para que la apoyara en su investidura, no habló.

José de la Uz, alcalde de Las Rozas, se «estrenaba» en su primer mitin «grande», nada menos que con el presidente, defendiendo la «cantera» y los valores del PP en el momento de mayor debilidad de este partido en mucho tiempo.

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