Rosa Belmonte

El otro «debate»: los moderadores también compitieron

Rosa Belmonte
Madrid Actualizado: Guardar
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Comenzó Ana Blanco a hablar (las mujeres primero) y parecía que empezaba el Telediario. El Deb4te también era Deb3te. Menuda melonada la del 4, la cara de tu retrato. La Academia de la Televisión haciéndose la guay. Cuatro candidatos y tres moderadores.

Cada uno dueño de la republica independiente de su segmento. Economía y Empleo para Blanco; Política Social para Vicente Vallés y Reformas Institucionales y Regeneración Democrática para Pedro Piqueras. Para empezar habló la terna completa. Y para continuar. Era como en Eurovisión pero con tres en lugar de dos. ¿Cómo vamos a tener un presidente del Gobierno si no somos capaces de tener un moderador? Si hay que contentar a todo el mundo. Un sistema absurdo.

Por no hablar de que la diferencia de altura, sobre todo de Vallés, habría requerido que estuvieran sentados como se hace en EE.UU. (aunque los candidatos estén de pie).

Parecían los debates de Nixon y Kennedy en 1960, con varios periodistas preguntando. En el caso de ese debate original (también pecado original) había un moderador y cuatro periodistas de distintas televisiones que cambiaban cada una de las cuatro citas. Aquí hay un solo debate y tres moderadores porque hay que meter a todas las televisiones que retransmiten. Dijo Ana Blanco antes que iban a hacer todo lo posible para que debatieran entre ellos y conociéramos las propuestas contrastadas de los candidatos. Pero allí había preguntas todo el rato. Tanta preguntadera de varios resultaba contraproducente. Y sólo Vicente Vallés ponía nervio a la hora de interrogar. Los otros ponían orden. Si los candidatos estaban compitiendo, los moderadores, también. Ganó Vicente Vallés.

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