Entrevista a Ana Pontón | Candidata a la Presidencia de la Xunta del BNG«Tengo muchos defectos y una sola virtud: no me equivoco de enemigo»

La candidata nacionalista se ha vuelto a echar a la calle, como en sus tiempos al frente de la organización estudiantil Galiza Nova, pero esta vez con el difícil desafío de vencer al pesimismo de los malos augurios contra el BNG e intentar convencer a quienes alguna vez eligieron la papeleta frentista de que su partido sigue valiendo la pena. De camino a un mitin en Ponteareas, Ana Pontón atiende por teléfono a ABC.

—Hubo consenso en que salió reforzada del debate. ¿Le ha dado ánimos de cara a la campaña?

—Fue un revulsivo porque tras cuatro años de medios públicos al servicio del PP, por primera vez se vio un contraste, y de lo que la gente se dio cuenta es de que tenemos un programa alternativo a Feijóo, demostramos sus mentiras y le plantamos cara.

—¿Tiene la sensación de ir remando contra las encuestas?

—Hemos tenido el domingo de sondeos ahora, y justamente creo que lo que enseñan es que los hay para todos los gustos, incluso algunos son contradictorios. Lo único que vale es lo que pase el domingo, y lo que sí se manifiesta es que un buen resultado electoral nuestro es sinónimo de derrota del PP porque estamos peleando esos escaños. Estoy confiada de que dejaremos atrás los siete años desastrosos de Feijóo y empezaremos un tiempo nuevo de la mano del BNG.

—¿Están ustedes lastrados por el marco político estatal? Incluso han criticado la excesiva presencia de «paracaidistas»...

—No. De hecho, creo que los gallegos y gallegas saben que el BNG tiene proyecto, solidez, seriedad y es una fuerza política en la que pueden confiar. Yo lo que sí veo es que hay un gran descontento con las fuerzas estatales, de derecha y de izquierda, nuevas y viejas, porque el espectáculo que han dado estos meses ha sido muy triste y frustrante para muchas personas. Por eso pido que esas personas con ganas de cambio desilusionadas por este espectáculo no se queden en casa y vean en el BNG una fuerza para ellos.

—Y en un escenario en el que la izquierda se ha polarizado entre PSOE y En Marea, ¿qué puede ofrecer el BNG a un indeciso?

—Lo primero es que el BNG tiene su cabeza y su corazón en Galicia, y por eso va a traer proyectos de cambio real. En nosotros tienen la garantía de que su voto no se va a convertir en la pieza de un juego de tronos, sino que va a ser utilizado para cambiar su vida a mejor.

—Usted decía en las semanas previas que la campaña no se podía convertir en un «todos contra Feijóo», pero parece que es justo eso.

—Nosotros estamos explicando que tenemos un proyecto propio con ideas y alternativas, como así se evidenció en el debate. Lo que nos importa es que las cosas avancen, y sabemos que para que eso pase habrá que cambiar de Gobierno, pero para que haya un cambio profundo se necesitan propuestas serias y con ambición de país. Eso es lo que tiene el BNG. En Galicia hay muchos problemas, algunos derivados de la crisis económica y otros de la falta de poder político que tenemos. Debemos tomar las riendas de nuestros asuntos.

—Usted ha sido la candidata que más claro ha hablado sobre pactos electorales. ¿Echa de menos que Villares y Leiceaga también lo sean?

—Me parece muy positivo que se hable de pactos. Eso quiere decir que hay opciones de que el PP pierda la mayoría absoluta. Quizá Feijóo debería explicarnos por qué denosta un tripartito en Galicia, pero defiende un tripartito con PSOE y C’s para el Gobierno de España.

—Sospecho que si le pregunto si prefiere a Leiceaga o a Villares como presidente no me va a responder.

—¡Ana Pontón! (sonríe). Yo me presento como candidata a la presidencia. Mi preferencia es un Gobierno del BNG, y no tengo como candidato a Feijóo, a Leiceaga ni a Villares. Además, creo que sería bueno para Galicia tener una mujer al frente con conciencia de país.

—Como nacionalista y como excompañera de partido, ¿le llegó a doler que Beiras le atacase por algo como la provincia en la que se presenta?

—Mire, yo tengo muchos defectos y una sola virtud: no me confundo de enemigo. Lamento que otros no hagan lo mismo.

—Coincidió en su organización estudiantil con Luís Villares. ¿Lo nota cómodo en su papel de «imitador» de Beiras?

—Hace muchos años que no tengo trato con él. Desde que abandonó su militancia política no volvimos a hablar. Aunque suene algo extraño, estoy tan pendiente de nuestra campaña y con una agenda tan intensa, que no estoy valorando cómo lo hacen los demás. Eso le corresponde a la ciudadanía.