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El virtual candidato republicano, Donald Trump - REUTERS
Convención republicana

Trump supera la rebelión de los críticos con ayuda del partido

El aparato impidió que la asamblea votase un cambio de reglas para dar libertad de voto a los delegados, la mayor amenaza para el magnate

Pese al momento de apuro, el millonario tiene asegurada su proclamación como candidato, al tener la mayoría de los compromisarios electos

ENVIADO ESPECIAL A CLEVELAND (OHIO) Actualizado: Guardar
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Primera jornada de la convención, primer gran apuro para Donald Trump. El magnate asistía al estreno del congreso republicano con la seguridad que todo estaba atado y bien atado, después de haber aplicado un filtro previo a las posibles amenazas del llamado movimiento antiTrump, en el comité de reglas de la convención celebrado la semana pasada. En ella, su alianza con el aparato republicano, presidido por Reince Priebus, impedía que pudiera ser realidad la mayor amenaza para el magnate: que los delegados tuvieran libertad de voto a la hora de elegir a su candidato a la presidencia de Estados Unidos. Eso ponía en peligro que la mayoría obtenida en las primarias se tradujera en votos reales. La reclamación de los críticos de un cambio en las reglas de juego, sin suficiente mayoría, moría entonces a manos de un comité que daba resquicio.

Las cosas se torcieron ayer, en las primeras horas de la convención. El grupo de los antiTrump, liderados por la delegación del estado de Utah, del que procede el candidato en 2012 y ariete de la causa contraria al magnate, Mitt Romney, movilizó a un conjunto de estados para lograr que la asamblea de la convención tuviera que votar la modificación, a fin de liberar a los delegados. Los críticos sabían que el plenario rechazaría la moción, pero el objetivo político de desgastar al vencedor de las primarias se habría conseguido. La rebelión estaba en marcha. Según los estatutos del partido, bastaba con que al menos una mayoría de las delegaciones de siete estados suscribieran la petición. Los rebeldes presentaron un escrito a la secretaría del congreso asegurando contar con una decena. Pero el aparato del partido, que no tenía intención de permitir un jaque a Trump que pusiera en peligro la unidad del partido, negaron la mayor. Alegando que ellos sólo daban por buena esa mayoría en seis de las delegaciones, echaron abajo la propuesta.

La protesta en el plenario no se hizo esperar en el mismo arranque de la jornada, cuando el aparato ya había impuesto su ley. Los estados de Utah y Virginia comenzaron a reclamar de viva voz que se dejara votar a los estados sobre la libertad de voto de los delegados, según su «conciencia» y mano alzada. En vistas de que el mismo presidente del partido alegaba que ya se había rechazado la reclamación, un nutrido grupo de críticos comenzó a gritar «¡Dejad votar a los estados!». El líder de la rebelión, el senador por Utah Mike Lee, protestó diciendo: «Esto no tiene precedentes». A continuación, algunos miembros del movimiento antiTrump abandonaron la convención con un gran enfado.

Los siguientes minutos fueron de reacciones, de partidarios y detractores de Trump. El mayor aliado del millonario, el exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, quien después intervendría en la convención, aseguró estar «triste, porque vengan miembros de algunas delegaciones con la idea de dividir, y uno de unir al partido».

Pasado el susto, los expertos daban por hecho que Trump ya ha logrado superar la mayor dificultad de la convención, y que hará buena la mayoría de delegados electos lograda en las primarias para ser el candidato a la presidencia. Otra cosa será la imagen de contestación que deja el episodio, en una convención a la que no asiste una nutrida parte del establishment republicano.

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