EMPRESA

Bares, móviles, Pepephone, Cabify... Veinte años de negocios de Rosauro Varo

Este empresario sevillano gestiona actualmente 130 millones de euros en activos a través de su empresa Gat Inversiones

Rosauro Varo, en los desayunos de la asociación de directivos Adacem VANESSA GÓMEZ

LUIS MONTOTO

Rosauro Varo ha cumplido su veinte aniversario en el ruedo empresarial con una nueva meta: liderar en España la gestión de flotas de Cabify , la compañía que ofrece coches con conductor a través de una aplicación móvil. Tras la venta de Pepephone a inicios de 2016 (donde poseía el 45%), ha hecho una doble inversión en Cabify. Por un lado, ha entrado en el capital de esta plataforma tecnológica y, en paralelo, ha creado la sociedad Vector , conjuntamente con Cabify, con la que gestionará grandes flotas de vehículos gracias a la explotación de las denominadas licencias VTC (que permiten a los conductores realizar estas labores de taxi privado). Vector controla ya unas 1.000 licencias VTC, concentradas en Madrid y Barcelona. «Seremos líderes nacionales a final de año», apunta.

Grupo inversor

Cabify es, hasta el momento, la apuesta más ambiciosa de Gat Inversiones , un grupo que gestiona activos valorados en más de 130 millones de euros y que divide sus inversiones en cuatro áreas. «Nos centramos en hostelería y turismo, tecnología, sector inmobiliario y financiero », afirma este emprendedor, que está atento «a todas las startups que se generan en Andalucía en espacios como El Cubo de Telefónica».

Este alumno del colegio Portacelli y licenciado en Derecho describió ayer en el foro de la Asociación de Directivos Adacem el camino que ha seguido en estas dos décadas hasta levantar Gat Inversiones. «Buffet dice que no se debe invertir en negocios que no puedes entender ; yo no había cumplido la mayoría de edad, y no sabía nada de tecnologías disruptivas, así que empecé abriendo establecimientos de ocio ». Inauguró una veintena de locales en Sevilla (como la mítica Boss), el Puerto de Santa María, La Antilla o Marbella y «salvo alguna excepción, todo funcionó genial».

Diversificación

Con los recursos que estaba generando « quería hacer cosas distintas , así que nos embarcamos en proyectos como una red de franquicias de moda infantil , una cadena de televisión local , una firma de distribución de material tecnológico o una compañía de alquiler de máquinas de rayos uva a domicilio». La mayoría no salió especialmente bien, pero «fue un gran aprendizaje».

En 1999 entró en contacto con Alberto Yarte , que entonces era el director de Airtel en Andalucía, y le animó a entrar en la distribución de teléfonos móviles. «El sector estaba en efervescencia y abrí una tienda frente al hospital Virgen del Rocío ». Así nació Bosynet , con la que hoy posee una red de 30 tiendas de Vodafone, y aprendió el funcionamiento del negocio de las telecomunicaciones.

Con 27 años se afincó en Madrid tras fichar por MP Corporación como director en la capital de España. «Aprendí como funciona una gran organización, con directivos de enorme valía». Esa etapa se cerró a fines de 2011, cuando de la mano de Javier Hidalgo (hijo del fundador de Globalvía) estudia la compra del 45% del operador móvil Pepephone. «Me jugué todo lo que había conseguido hasta entonces».

Pepephone

Cuando en 2012 sella su desembarco en Pepephon e, esta compañía tenía 130.000 clientes y perdía dos millones de euros anuales. «Había un magnífico equipo gestor y se planificó una batería de acciones con las que podríamos revertir la situación». La filosofía de Pepephone era mantener tarifas justas y no molestar ni crear falsas expectativas en el cliente. «En 2015 la firma tenía casi 500.000 usuarios, éramos el operador móvil virtual más grande de España , las ventas rozaban los 65 millones y el ebitda superaba los 13,5 millones, y todo ello sin deuda».

El equipo de Pepephone había pensado en diversificar el negocio, creciendo en Latinoamérica —aliados a José María Pacheco (fundador de Konecta)— y entrar en nuevos sectores como la energía; también estudiaron alguna posible fusión, pero el sector de las telecos había entrado en un agresivo proceso de concentración. «Orange había comprado Jazztel y Vodafone se hizo con Ono;finalmente consideramos que vender a Masmóvil era la mejor salida». Fue una decisión que dejó un sabor agridulce . «Pensábamos que nuestra vinculación con Pepephone sería a más largo plazo;pero ahora se abre ante mi todo un mundo de posibilidades para invertir en tecnologías que están cambiando el mundo», concluyó.

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