Una imagen del Wanda Theme Park de la localidad de Nanchang
Una imagen del Wanda Theme Park de la localidad de Nanchang -  REUTERS
Sorpresa El magnate da un giro a su estrategia empresarial

Wanda ya no será la nueva Disney

Wang Jianlin vende sus hoteles y parques temáticos al ser investigado en China

CORRESPONSAL EN PEKÍN Actualizado: Guardar
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Sorprendiendo a todo el mundo, Wang Jianlin, el magnate chino socio del Atlético de Madrid que se ha expandido por todo el mundo con las adquisiciones multimillonarias de su compañía, Wanda, ya no compra. Ahora vende. Dando un giro radical a su estrategia empresarial, esta semana se ha deshecho de la mayor parte de su negocio turístico y hotelero por 63.000 millones de yuanes (8.130 millones de dólares). Ese es el dinero que la firma Sunac, séptima inmobiliaria de China, pagará por 76 de los cien hoteles de Wanda, valorados en 33.600 millones de yuanes (4.335 millones de euros), y trece parques temáticos, cuyo precio asciende a 29.600 millones de yuanes (3.820 millones de euros).

Para Sunac, esta compra es una ganga, ya que dicha cifra es irrisoria si se compara con los 430.000 millones de yuanes (55.450 millones de euros) que Wanda había invertido en su división hotelera y turística.

Solo uno de los parques incluidos en el trato, el complejo con la mayor pista cubierta de esquí del mundo, que el propio Wang Jianlin inauguró hace solo dos semanas en la ciudad norteña de Harbin, le había costado 5.200 millones de euros.

Manteniendo menos del 10% de su negocio turístico, Wanda renuncia a disputarle a Disney y Universal la hegemonía mundial de los parques de atracciones, como se había propuesto. El verano pasado, cuando Disney abrió su gigantesco parque de Shanghái con una inversión de 5.500 millones de dólares (4.800 millones de euros), Wang Jianlin se mofó del proyecto diciendo que era «un tigre rodeado por una manada de lobos». Su plan era abrir entre 15 y 20 parques temáticos por toda China hasta 2020, con unas entradas mucho más baratas que las de Disney. Un año después, la Disneylandia de Shanghái ha batido récords al recibir once millones de visitantes y Wanda se ve obligada a cambiar su agresiva política empresarial.

El Gobierno chino está investigando a Wanda y otras empresas por su frenética internacionalización

Una decisión que no debe de haber sido fácil para Wang Jianlin, quien se disputa el título de magnate más rico de China con Jack Ma, fundador del gigante del comercio electrónico Alibaba. Durante los últimos años, el dueño de Wanda había multiplicado su presencia global con la compra en 2012 de la mayor cadena de cines del mundo, AMC, por 2.600 millones de dólares (2.270 millones de euros) y la adquisición de Sunseeker, un fabricante de yates británico, por 500 millones de dólares (437 millones de euros). Debido a su interés por el cine, está construyendo los mayores estudios de China y se hizo el año pasado con la productora de Hollywood Legendary por 3.500 millones de dólares (3.057 millones de euros). En España, Wang Jianlin es conocido por su participación en el Atlético de Madrid, donde compró en 2015 el 25% del accionariado por 45 millones de euros. Pero también ha protagonizado el fiasco del Edificio España de Madrid, del que se deshizo al no poder reformarlo como quería.

Aunque en marzo también renunció a la compra de la productora Dick Clark por mil millones de euros, eso no era lo normal en Wanda. ¿Qué ha pasado para que Wang Jianlin tenga que vender ahora? En unas escuetas explicaciones, la compañía solo ha dicho que pretende «reducir deuda» y consolidar un «modelo de negocio más ligero de activos». Pero a nadie se le escapa que la Comisión Reguladora Bancaria de China está investigando desde junio a Wanda y otras grandes empresas más, como Fosun y Anbang, por su frenética internacionalización.

La presión de la deuda

Debido a sus adquisiciones multimillonarias, el autoritario régimen de Pekín teme que hayan pedido más préstamos de los que pueden asumir y pongan en peligro a todo el sistema financiero si no son capaces de pagar sus deudas. El momento es especialmente sensible porque, a tenor de Bloomberg, dichas compañías deben pagar a finales del próximo año 11.500 millones de dólares (10.050 millones de euros) en bonos y préstamos. Con la visita puesta en el trascendental Congreso del Partido Comunista que se celebrará en otoño, en el que se renovará parte de su cúpula, Pekín quiere evitar cualquier problema que altere su sacrosanta estabilidad.

Según el diario de Hong Kong «South China Morning Post», Wanda ya empieza a sentir esa presión de sus deudas por varios motivos. El principal es que, en septiembre del año pasado, pagó a sus accionistas 4.400 millones de dólares (3.845 millones de euros) para recomprarles sus títulos en la Bolsa de Hong Kong y pasarse a la de Shanghái, que es más rentable pero donde todavía no ha recibido el permiso para cotizar.

Aunque Wanda ha tenido en la primera mitad de este año unos ingresos de 134.800 millones de yuanes (17.385 millones de euros) y Wang Jianlin atesora una fortuna de más de 30.000 millones de euros, parece que últimamente anda algo corto de efectivo.

La compra más cara

Expandiéndose a velocidad de vértigo, Sunac, la séptima inmobiliaria de China, ha protagonizado la compra más cara de China para hacerse con los hoteles y parques temáticos de Wanda, que sigue obteniendo más de la mitad de sus ingresos de la construcción pero quiere centrarse en el cine. Para esta adquisición, Sunac pagará parte del precio con un préstamo que, curiosamente, le dará Wanda.

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