TOMA DE POSESIÓN
Escolano peleará para que España tenga más influencia en Europa tras el Brexit
El nuevo ministro de Economía mantendrá la consolidación fiscal, las reformas estructurales y la apertura exterior de la economía como pilares de su política
A pesar de que Román Escolano se encuentra a su llegada al Ministerio de Economía con las grandes reformas estructurales de la legislatura en esta materia encauzadas, es consciente de que quedan asuntos por abordar. «Hay que seguir trabajando para no dar pasos atrás y avanzar en lo que queda por hacer. El trabajo nunca está completo» , ha dicho este viernes durante su toma de posesión como ministro y tras alabar la labor de su antecesor, Luis de Guindos.
El perfil técnico y poco político hace prever una política continuista al frente del departamento, sin grandes sobresaltos . El propio Escolano ha explicado que los pilares de la política económica del país seguirán siendo «la estabilidad presupuestaria, las reformas estructurales y la apertura exterior de la economía nacional». Aunque lógicamente en esta primera intervención pública al frente de la cartera no entró en materias concretas que le ocuparán, como la privatización de Bankia y el nombramiento del próximo gobernador del Banco de España , sí avanzó dos materias que quiere potenciar: una, fomentar la internacionalización de las empresas españolas y la colaboración público-privada en este asunto, para lo que le servirá su experiencia en el ICO y en el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
La otra gran apuesta del nuevo ministro, muy respetado a nivel comunitario, es reforzar la voz de España ante las instituciones europeas, sobre todo una vez se produzca la salida de Reino Unido del club, y de cara al debate sobre la mayor integración europea que ese evento ha abierto. «El Brexit abre una oportunidad única para que España se haga hueco para influir de manera decisiva en la configuración futura de la Eurozona», ha dicho en el salón de actos del Ministerio de Economía, arropado por seis ministros —Cristóbal Montoro, Álvaro Nadal, Fátima Báñez, Isabel Tejerina, María Dolores de Cospedal y Alfonso Dastis— y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y ante un público entre los que se encontraban, entre otras personalidades, los máximos responsables de los organismos reguladores y supervisores y empresarios y banqueros.
La próxima semana: Eurogrupo, Ecofin y G-20
De hecho, las primeras citas en la agenda del nuevo ministro son de carácter internacional. El próximo lunes Escolano viará a Bruselas para asistir a su primera reunión de ministros de Economía y Finanzas de la zona euro (Eurogrupo), y al día siguiente a la reunión con los ministros del ramo de toda la UE (Ecofin). El viernes, además, estará en la cumbre del G-20 en Buenos Aires.
«Estoy convencido de que Román será el ministro bajo cuyo mandato España saldrá de la peor crisis de su historia» , ha dicho De Guindos al cederle el testigo, recordando que en su mandato la economía nacional abandonó la recisión. Eso sí, el ministro saliente y futuro vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) ha admitido que la economía española, a pesar de su crecimiento diferencial, está muy endeudada y esto es un riesgo ante la previsible subida de tipos de interés. «Hay que estar preparados», ha avisando, deseando suerte a Escolano, del que ha destacado su experiencia y currículo.
En sus palabras de despedida, ante la plana mayor del Gobierno que incluía a los ministros Montoro y Nadal, De Guindos ha recomendado a su sucesor que tuviera en cuenta que su ministerio tiene una «visión global» de la economía, algo «que no tienen otros» departamentos del mismo rango. El futuro vicepresidente del BCE ha llamado al nuevo ministro que «mime el crecimiento» porque sin él «no hay empleo» ni Estado de bienestar. También ha enfatizado la importancia de la integración europea, para rememorar cuando él mismo pidió el programa de asistencia financiera, «más conocido como rescate bancario» en una salita del Ministerio. Tras estas palabras, De Guindos ha deseado para Román Escolano «lo que Napoleón pedía para sus generales, que es suerte».
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