Elecciones catalanas

La Generalitat, el poderoso timón de vidas y haciendas

Gestiona más de 30.000 millones de euros anuales en una región de la que depende el 19% de la renta de España

Banderas ondenado en el tejado del Palacio de la Generalitat Oriol Campuzano
Roberto Pérez

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El futuro político inmediato de Cataluña , que se dirime este jueves en las urnas, extiende su sombra más allá de los límites geográficos y humanos de esta comunidad autónoma. La Generalitat , el poderoso objeto de deseo de la disputa electoral , es una enorme maquinaria político-administrativa por cuyas manos pasan cada año más de 30.000 millones de euros en una región de la que depende, hoy por hoy, el 19% de la riqueza de España.

Por su peso en el PIB nacional y por su representatividad en términos demográficos –Cataluña concentra el 16,23% de la población española –, este gobierno autonómico tiene una capacidad de influencia que supera sus límites regionales. Los efectos de la deriva secesionista lo han demostrado, como ha subrayado en varias ocasiones el propio Gobierno central: el independentismo ha dañado directamente la economía catalana, pero eso acaba afectando también al resto de España.

Directamente, la Generalitat es un enorme sector público que cuenta con alrededor de 230.000 trabajadores –decenas de miles de ellos, colocados en su extenso entramado paralelo de empresas públicas, fundaciones, consorcios y entidades de derecho público–. Además de esa gran lista de asalariados de la Generalitat, l os actos del «Govern» afectan directamente a los 7,55 millones de habitantes de Cataluña y a una economía regional que ya genera más de 212.000 millones de euros al año –211.915 millones en 2016–.

Del Parlamento catalán que arrojen las urnas este jueves dependerá la conformación de un gobierno regional que influye en vidas y haciendas a lo grande, y cuyos aciertos o desvaríos acaban digiriéndolos de una u otra forma el resto de España , y en particular las economías territoriales más interrelacionadas con Cataluña –Aragón ocupa una posición destacada en ese sentido–.

La Generalitat, al mismo tiempo, es una paradoja financiera : sus arcas llevan años en estado crítico, soportadas a costa del dinero que le inyecta el Estado, pero eso no le impide ser una poderosa maquinaria que gasta más de 80 millones de euros al día –la cuenta incluye sábados, domingos y festivos–.

El «Govern» domina un sector público por cuyas manos pasan unos 35.000 millones de euros, de los que más de 20.000 millones se le van en gasto estructural –sueldos, gasto corriente y pago de intereses por la deuda–. Baste un dato: en nóminas y cotizaciones a la Seguridad Social, el sector público de la Generalitat gasta cada año más de 11.000 millones de euros.

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