El consejero delegado de Audi, Rupert Stadler
El consejero delegado de Audi, Rupert Stadler - REUTERS

La Fiscalía de Múnich registra la sede de Audi en relación con el escándalo de los motores diésel

La compañía automovilística ha anunciado ganancias de 4.846 millones de euros en 2016

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Los registros han comenzado a las siete de la mañana de este miércoles y en un día especialmente delicado, apenas tres horas antes de comenzar la rueda de prensa de presentación de resultados anuales de la compañía en la que ha anunciado ganancias de 4.846 millones de euros en 2016. La Fiscalía II de Múnich ha confirmado que unos 80 de sus agentes estás registrando la sede central de Audi en Ingolstadt y varias oficinas más en Baden-Württemberg y Baja Sajonia, así como domicilios particulares de varios directivos y empleados de la empresa, en relación con el escándalo de los motores diésel. “Cuando hemos llegado para empezar a trabajar a primera hora de la mañana nos hemos encontrado con los accesos cerrados y nos han pedido que esperemos fuera hasta que los agentes de la Fiscalía terminen de hacer un registro, después hemos visto salir a personas con cajas de documentos y ordenadores”, ha descrito una empleada de Ingosltadt, “por parte de la empresa todavía no hemos recibido información ni instrucciones, seguramente porque todos los jefes están esta mañana en la presentación anual de resultados”.

Esta redada empaña las cifras presentadas, que hablan de una elevada fuerza de autofinanciación, con un «cash» neto de 2.100 millones de euros y una liquidez neta que se eleva hasta los 17.200 millones de euros. Desfavorece también el efecto de la presentación de su estrategia, que pasa por dos nuevos modelos SUV en 2019 y tres nuevos modelos eléctricos en 2020, con los que espera adelantarse al cambio energético. El rejuvenecimiento de s catálogo y unos ingresos por ventas en 2016 de 59.300 millones de euros hablan de un estado de salud que podría complicar sin embargo la investigación de la Fiscalía alemana. “2016 fue un año muy difícil para nuestra compañía”, ha dicho Rupert Stadler, presidente de Audi AG, cantando victoria antes de conocer la noticia de los registros en la sede central de la empresa, “pero hemos terminado con unas robustas ganancias de nuestro negocio principal que nos permiten mirar hacia adelante y fijar el rumbo para el futuro”.

El fabricante había reconocido ya que 2,1 millones de sus vehículos con motor diésel fueron equipados con el software fraudulento, implicado en el escándalo de las emisiones. El pasado mes de diciembre, unas pruebas internas realizadas por autoridades de la Unión Europea confirmaron además que los tubos de escape de los motores diésel de su modelo actual A3, incumplen en casi todas las condiciones la normativa de emisión de gases Euro-6 que dicta Bruselas. Las pruebas de laboratorio internas realizadas por el centro de investigación Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea “arrojaron un resultado de las mediciones que no se pueden explicar técnicamente”, según el informe.

Para cumplir con la norma Euro-6 un motor diésel no puede emitir más de 80 miligramos de óxido nítrico por kilómetro y, de acuerdo con el JRC, el Audi A3 2.0 TDI cumple con este límite, pero sólo con el motor a una temperatura de alrededor de 20 grados. En otras condiciones como con el motor más caliente o con temperaturas de diez grados, los valores de emisión suben de manera marcada hasta los 163 y 140 miligramos, respectivamente. “Cuando un vehículo ofrece valores notablemente más elevados en la prueba en caliente que en la prueba en frío al realizar el examen, entonces existe la fuerte sospecha de que hay un dispositivo en el sistema de control de emisiones que modifica los parámetros, pues no se puede explicar técnicamente”, ha explicado el experto en emisiones Axel Friedrich, que subraya que, en condiciones normales, las emisiones deberían ser menores en caliente que en frío ya que el catalizador funciona a pleno rendimiento desde el principio.

Hasta ahora Audi parecía haber conseguido pasar de puntillas por el escándalo que tan duramente ha lastrado a Volkswagen. El fabricante alemán de automóviles de alta gama registró el año pasado un récord de ventas “pese al año intenso y movido que nos ha tocado vivir”, según ha elatado su responsable de ventas Dietmar Voggenreiter, que no oculta su orgullo por la cifra de 1,87 millones de coches vendidos en 2016, un 3,8% más que en 2015 y el mayor número hasta el momento” Según el directivo, la imagen de Audi no se vio tan afectada por el escándalo y “la marca ha demostrado su fortaleza en medio de las turbulencias de los meses pasados". La actuación de oficio de la Fiscalía de Múnich, sin embargo, podría todavía darle la vuelta a ese desenlace.

Tanto en EE.UU. como en Australia Audi ha sido denunciada ante los tribunales y en el caso de las autoridades estadounidenses ha sido prohibida la venta de los modelos con motores trucados. Sin embargo, Voggenreiter consideraba hasta hace unas horas probable que la empresa pueda volver a vender coches Audi con motores diésel en Estados Unidos. “Muchos clientes y concesionarios en Estados Unidos nos dicen que quisieran contar nuevamente con motores diésel, especialmente en los todoterreno grandes”, ha avanzado antes de la presentación de resultados.

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