De Guindos ha garantizado a Bruselas que España cumplirá el déficit
De Guindos ha garantizado a Bruselas que España cumplirá el déficit - ARCHIVO

España defiende que cumplirá el déficit ante las dudas de Bruselas

La Comisión Europea vuelve a revisar al alza sus previsiones de crecimiento y empleo, aunque por debajo de las estimaciones del Gobierno de Rajoy

MADRID/BRUSELAS Actualizado: Guardar
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Bruselas sigue confiando en la recuperación de la economía española. Las previsiones de otoño de la Comisión Europea, publicadas ayer, vuelven a mejorar en cuanto a la actividad y el empleo en el país. Sin embargo, sigue diagnosticando que la consolidación fiscal está siendo más lenta de lo comprometido. El Ejecutivo comunitario estima que España cerrará 2015 con un déficit del 4,7% del PIB y del 3,6% en 2016, frente a los objetivos del 4,2% y el 2,8%, mientras que el Gobierno español garantizó su cumplimiento. Las previsiones de la Comisión serán, según los expertos, el pretexto que esperaba el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, para lanzar nuevos estímulos monetarios.

«Estamos convencidos de que se van a cumplir los objetivos de déficit: este año va a estar en el 4,2% del PIB y el que viene por debajo del 3%», dijo ayer el ministro de Economía, Luis de Guindos, cuyo argumento principal para la cuadratura final de las cuentas es la positiva evolución de los ingresos del Estado fruto de la recuperación de la actividad económica.

Por su parte, el presidente, Mariano Rajoy, respondió a Bruselas reclamándole confianza en el país por los esfuerzos ya hechos. «Al pueblo español no se le pueden dar muchas lecciones», espetó, recordándole que durante la legislatura ese desvío presupuestario ha bajado la mitad, desde el 9,1% que dejó el Ejecutivo socialista, aunque en 2012, 2013 y 2014 la Comisión relajase los objetivos.

El Ejecutivo popular achaca el desvío presupuestario que contempla Bruselas para este ejercicio -dos décimas superior al 4,5% que preveía en primavera- a inversiones por 1.518 millones de euros de la Generalitat de Cataluña y del Ayuntamiento de Zaragoza que Hacienda quería imputar al saldo de 2013 pero que deben computarse este año. Además, la Comisión atribuyó otra parte del desfase a la revisión estadística a la baja del PIB nominal de 2014.

«El informe certifica la solidez de la recuperación española», dijo De Guindos sobre los pronósticos de Bruselas, que elevan en tres y una décima, al 3,1% y al 2,7%, el crecimiento del PIB para 2015 y 2016 respectivamente, y reducen la tasa de paro de este año del 24,5% al 22,3% y la mantiene para 2016 en el 20,5%. Como fuere, las estimaciones de Bruselas son menos optimistas que las del Gobierno español, que calcula que la actividad avanzará este año al 3,3% y el próximo al 3,0% y prevé que el desempleo baje al 22,0% y al 19,7%.

Desafíos para la Eurozona

El crecimiento de la economía sería así superior al de Alemania, Francia, Italia y la media comunitaria (ver gráfico). España, según el informe, avanza por el aumento de la demanda doméstica fruto de la mejora del empleo, la confianza y las condiciones de financiación. «El próximo año la actividad debería aumentar en casi todos los países miembros y acelerarse el siguiente en la mayoría», dijo el comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, en rueda de prensa.

Bruselas, no obstante, advierte de que vientos de cola como los bajos precios del petróleo tenderán a desaparecer y, por contra, surgen nuevos riesgos para la recuperación de la Eurozona: entre ellos, la actual crisis de los países emergentes.Así, el Ejecutivo europeo ha revisado al laza, en una décima, su pronóstico de crecimiento para la Eurozona en 2015, al 1,6%, pero lo rebajó del 1,9% al 1,8% para 2016.

En las últimas horas, Draghi ha reiterado que el BCE reexaminará sus medidas de estímulo excepcionales en la reunión del consejo de gobierno de diciembre. En octubre, los responsables de la entidad emisora hablaron por primera vez en términos concretos de la posibilidad de extender el programa de compra de deuda que teóricamente terminaría a mediados de 2016.

Un justificante para el BCE

Los datos de las previsiones de la Comisión, con esa leve desaceleración del crecimiento, son el mejor argumento para vencer las reticencias que pudieran subsistir. Draghi había citado ya ciertos riesgos a la baja, en especial, por la ralentización de la economía de los países emergentes y «las posibles repercusiones para la economía de los cambios en los mercados financieros y de materias primas». El BCE, dijo Draghi el mes pasado, cree que sus compras de activos («QE») están funcionando aunque persisten «factores que están ralentizando la vuelta de la inflación a niveles cercanos al 2% a medio plazo», lo que llevó al supervisor a avanzar que en diciembre volverá a examinar el grado de acomodación de su política monetaria.

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