SUPLEMENTO DE EMPRESA

Cuando la afición es un modo de vivir

La «Generación Z» no se suma al desencanto millennial y apuesta por crear negocios basados en sus gustos

Pablo Díaz Sanz, 22 años, aficionado al monopatín desde pequeño, comercializa su propia marca de skate, Rippin Out. Pablo Noguerol, 24 años, apasionado de la tecnología y de la música, dirige su empresa de tecnología de diseño, Dotts, junto a su hermano y tres amigos. Raquel Serrano Lledó, 27 años, entusiasta de los legos y mecanos, pasó de diseñar y producir pulseras para sus amigas en una impresora 3D a crear férulas de inmovilización. Estos tres jóvenes tienen en común su espíritu emprendedor y el haber hecho de su hobby, su profesión. Por edad pertenecen a la llamada generación Z, aquella en la que es muy frecuente que sus miembros busquen sus propias salidas profesionales y se dejen llevar por lo que les gusta. «Tienen poca experiencia laboral pero cuentan con un gran conocimiento del sector en el que emprenden porque son sus consumidores. Y para emprender es fundamental conocer el mercado», afirma a Empresa Iván Soto, investigador del Deusto Business School y uno de los autores del informe «Generación Z: el último salto generacional», elaborado por dicho centro y por Atrevia. Esta generación ha visto que conseguir un puesto de trabajo es difícil y «hay que empoderarse. Una forma de hacerlo es emprender», explica el investigador. Según los datos recogidos en el informe, hace diez años apenas un 4% de los jóvenes se veía creando su propio negocio «y hoy en día todos los jóvenes la contempla como posible salida». Iván Soto subraya el hecho de que esta generación «no está dispuesta a renunciar a lo que les gusta. Son exigentes con el trabajo, idealistas».

Lo que interesa a muchos de estos jóvenes «es trabajar en un buen ambiente y que los valores de la empresa a la que pertenecen estén alineados con los de su personalidad», destaca el autor del informe. Considera importante recalcar las diferencias entre la generación Z y la anterior, los millennials. A estos últimos «la sociedad les prometió todo porque eran los más preparados pero no se cumplieron las promesas. Lo han tenido muy difícil por la crisis y se han desencadenado en ellos sentimientos de decepción y frustración».

Baño de realidad

Sin embargo, los integrantes de la generación Z no han conocido la economía española en su auge, ya que «empezaron a tener conciencia con la crisis». Por ese motivo, «han sido más realistas, se están formando y saben que las oportunidades son escasas». Es común en ellos que desconfíen de la educación formal, «saben que deben estar formados pero creen que la universidad no prepara para el mercado laboral por lo que son más autodidactas». Además, se da un dato curioso y es que esta generación «fascina a los departamentos de RR.HH. pero no saben cómo integrarlos porque normalmente su incorporación exige soluciones tecnológicas a las que algunas empresas no están preparadas», puntualiza Iván Soto.

Soñadores

Cuando Pablo Díaz Sanz empezó a estudiar Administración y Finanzas en la Cámara de Comercio de Madrid, a los 18 años, comenzó a observar el mercado del «Skateboarding» con una perspectiva de negocio. El skate le acompaña a todos lados desde su infancia y está «enganchado» no solo a la actividad en sí, «sino a su filosofía de vida», afirma Pablo. Centró sus objetivos en hacer de Rippin Out una marca competitiva y de calidad «que mantuviera vivo el sentimiento del skate». Este joven ha aprendido mucho gracias al monopatín, «como la perseverancia: cuando te caes haciendo un truco, te levantas y lo intentas una vez, y otra, y otra, hasta que consigues que te salga bien; o te ayuda a superar miedos, como ante un gran salto». Comenzó con la idea en 2015 y la puso en marcha en 2016 invirtiendo los ahorros de seis meses de trabajo dando clases. Asegura que es «la materialización de un sueño de mi niñez» aunque reconoce que no está siendo fácil compaginar estudios y trabajo. Ahora está realizando el Citizen Bootcamp, programa que organiza Deusto Business School y la entidad financiera Citi. Tiene el objetivo es divulgar el espíritu emprendedor entre los más jóvenes y desarrollar sus habilidades empresariales y de liderazgo.

Esta generación creció con la crisis y es más realista y práctica

Al mismo programa acude Pablo Noguerol, quien en 2016 comenzó a dar vueltas a la creación de un auricular con tecnología sostenible. «Me di cuenta de que había mercado cuando iba a trabajar en el autobús, escuchando música», dice Pablo. Tanto él como su hermano siempre han sido muy aficionados a la tecnología y se asociaron, junto a otros tres amigos, para fundar Dotts. Están muy concienciados con la sostenibilidad del proyecto, «queremos hacer electrónica y crecer pero no destrozando el planeta», subraya Pablo. La naturaleza es otra de sus pasiones y asegura ser muy feliz con lo que hace «aunque se trabaja más cuando tienes tu propio negocio». Fomentan la economía circular y quieren ser un referente en la tecnología de diseño. Al prinipio se asociaron con un productor chino para lanzar el negocio que les ha permitido autofinanciarse y en breve lanzarán su propio producto producido en España.

Una vida mejor

La empresa de Raquel Serrano Lledó es una de las seis que acaba de finalizar la segunda edición de Emprende inHealth, programa de impulso al emprendimiento de impacto social en el sector de la salud creado por Unldspain y Lilly. Licenciada en Ingeniería de Diseño en Málaga, en 2014 se compró una impresora 3D para hacer el proyecto fin de carrera y al acabar se puso a hace «pulseras para las amigas». Hasta que un día, en un restaurante, vio a una niña con escayola llorando y sufriendo. «Yo de pequeña pasé por eso y sabía lo molesto que es. Fue ahí cuando tuve la idea de empezar a usar la impresora para diseñar férulas», cuenta la joven, quien desde pequeña ha jugado mucho a los legos y a los mecanos, «todo lo que fuese montar piezas». Se buscó un socio, un ortopeda, cambió de impresora y gracias al programa en el que participa han podido salir al mercado. Está empeñada en mejorar la calidad de vida de los pacientes, y de momento va por buen camino porque las férulas que diseña son sumergibles.

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