HoloLens, las gafas de realidad virtual para reparar ascensores
HoloLens, las gafas de realidad virtual para reparar ascensores - ABC

El ascensor se abre a la realidad virtual

Mono azul, caja de herramientas… y gafas de realidad virtual. El mantenimiento de los ascensores desembarca en el siglo XXI

CORRESPONSAL EN NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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La realidad aumentada es mucho más que cazar pokémon mirando al móvil. Cada vez encuentra más aplicaciones en el sector empresarial. Por ejemplo, implementar un sistema de asistencia en el mantenimiento en la planta de producción de Volkswagen en Navarra, en un programa piloto iniciado por la start up iAR, con sede en Pamplona. Ahora esta tecnología llega a los ascensores, un sistema de transporte que, en lo fundamental, apenas ha evolucionado desde su introducción a finales del siglo XIX. Su mantenimiento, sin embargo, promete ser muy innovador.

Así lo demostró ayer Thyssenkrupp, que pretende revolucionar el mundo del ascensor a través de las HoloLens, las gafas de realidad virtual desarrolladas por Microsoft. El técnico de mantenimiento de los elevadores del siglo XXI no se le reconocerá solo por su mono azul, la caja de herramientas y el boli pegado a la oreja.

También irá armado con unas gafas desde las que acceder a un volumen de información y recursos inimaginables hace pocos años.

La presentación tuvo lugar en un paraíso para los ascensores: el rascacielos One World Trade Center de Nueva York, el más alto de EE.UU. y erigido al lado de donde se levantaban las Torres Gemelas. Los ascensores, estos y los de cualquier edificio, no están libres de incidencias y aquí entra en juego la nueva tecnología. Los técnicos pueden recibir informes a través de sus gafas con la incidencia, ver en tres dimensiones qué pieza o sistema necesita asistencia o acceder a toda la información disponible sobre los componentes. Una vez en el lugar donde se requiere la reparación, las gafas le permitirán tener las manos libres para ejecutar las reparaciones mientras conserva el acceso a toda esa información o realiza una videoconferencia con un técnico de asistencia a través de Skype que podrá ver lo mismo que él a través de una cámara instalada en las gafas. El objetivo, como reconoce Javier Sesma, director general del centro de I+D de Thyssenkrupp, que tiene sede en Gijón, es que los ascensores no estén parados. "Con HoloLens hemos reducido el tiempo necesario para la solución de incidencias de dos horas a veinte minutos".

Thyssenkrupp implantará este sistema de realidad aumentada en EE.UU. y los próximos países en adoptarlo serán Alemania y España, que es el quinto mercado de ascensores más grande del mundo. Quizá eso también tiene que ver con la potencia innovadora del centro gijonés, del que han salido otras dos grandes innovaciones: Accel, un pasillo de transporte que es cinco veces más rápido que las cintas tradicionales que se ven en los aeropuertos, y Multi, un sistema de ascensor sin cable, que permite que haya varias cabinas y se ahorre espacio.

Toda innovación que funcione será bienvenida por oficinistas y residentes del creciente tejido urbano: que la charla de ascensor sea lo más corta posible.

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