El Banco de España justifica el ajuste salarial porque era necesario para salir de la crisis

La recuperación de la actividad económica se está reflejando ya en una mejora de los beneficios de las compañías y del mercado laboral. En concreto, el beneficio neto de las empresas españolas creció un 28,6% en los nueve primeros meses del año, según la última central de balances del Banco de España. En ese periodo, el número medio de trabajadores creció un 1,6%, y el 86,5% de las sociedades ya no destruyen empleo, frente al 76% de un año antes. Ahora bien, las remuneraciones medias moderaron su crecimiento al 0,6%, frente al avance del 1% registrado a lo largo de 2014.

Las empresas del sector energético son aquellas donde los salarios medios más retroceso sufren, al pasar de crecer un 1,7% entre enero y septiembre de 2014 a caer un 1% al cierre del tercer trimestre de este año.

En la industria crecen un 1,4%, frente al 1% anterior; el crecimiento en el sector de las comunicaciones es casi el mismo (+1,8%) y retrocede del 3,4% al 0,7% en el comercio y la hostelería.

«La moderación salarial era necesaria en una economía que alcanzó una tasa de paro del 26% de la población actividad, ya que el ajuste se había hecho de forma desmesurada vía despidos», ha dicho en rueda de prensa el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, quien matiza en todo caso que ese matenimiento de la contención de los sueldos es propia de los periodos de recuperación del empleo, donde los puestos de trabajo crecen a mayor ritmo que los salarios, y por tanto la división entre retribuciones totales y plantillas totales da un resultado menor.

Ahora bien, De Cos admite que la reforma laboral ha hecho que esa moderación de las remuneraciones sea a partir de ahora más estructural, esto es, que tenga una carácter más permanente que cíclico, y que el hecho de que la temporalidad del empleo aumente en épocas de recuperación contribuye también a ese menor incremento de las rentas salariales. De hecho, y como recoge la central de balances, el empleo temporal crece al 13,2%, frente al retroceso del 0,4% en los puestos fijos.

Esa moderación salarial, junto con la mejora de las condiciones de financiación, el dinamismo de la actividad exterior y, sobre todo, el fortalecimiento de la demanda interna es lo que está haciendo crecer la actividad y el empleo y, en último término, las ganancias empresariales. El resultado de las empresas no financieras creció un 28,6% en los nueve primeros meses del año, apoyadas tanto en la actividad recurrente como en ingresos extraordinarios.