Buguroo: «hackers blancos» contra el cibercrimen

A Pablo de la Riva un hacker le pirateó el ordenador cuando solo tenía doce años. Eso marcó su vida: abandonó su sueño de ser arquitecto para sumergirse en el mundo de la seguridad informática, entonces en pañales. «Mi familia había hecho un esfuerzo enorme para comprarme un PC y me pareció increíble que un desconocido pudiera tomar el control», recuerda. «Descubrí un mundo nuevo con otras reglas». Siete años más tarde, De la Riva creó su primera empresa de ciberseguridad y poco después, en 2010, fundó buguroo con una inversión de 300.000 euros.

Desde su sede en Alcobendas, Buguroo ofrece varias herramientas de protección automatizadas y un servicio de «hacking ético», que emplea técnicas utilizadas por los piratas informáticos para descubrir las vulnerabilidades de las empresas y ayudarlas a protegerse de los ataques externos.

Ahora, aprovechando el apogeo en todo el mundo de los delitos a través de internet, quiere expandirse fuera de la Península.

«El cibercrimen no hace más que crecer porque es poco arriesgado y tremendamente rápido y rentable», asegura De la Riva. «Por diez dólares tienes una base de datos con millones de clientes, por cincuenta un malware que te permite vender luego millones de números de tarjetas bancarias...». Según datos de Europol, los robos a través de internet suponen más de 500.000 millones de euros al año, por lo que son el tercer delito con más impacto a nivel mundial, tras el sexo y el narcotráfico, y aumenta a un ritmo del 12% anual.

Nuevo equipo directivo

El país que ocupa el primer puesto en las estadísticas de crímenes digitales es Estados Unidos, y allí quiere Buguroo comenzar su expansión internacional, impulsado por los tres millones de euros que acaba de recibir en una ronda de financiación liderada por Inveready. Lo hará también de la mano de tres nuevos directivos procedentes de McAfee, entre ellos, Jesús Sánchez-Aguilera, nuevo CEO, quién asumirá el reto de pilotar a mares mucho más profundos una empresa que hoy tiene más de cincuenta empleados, factura dos millones de euros y tiene un crecimiento anual superior al 100%.

De la Riva, por su parte, se mantendrá como director de tecnología, con el objetivo de continuar desarrollando nuevas herramientas con los que las compañías con las que trabajan puedan hacer frente a unos delincuentes que actúan cada vez de forma más sofisticada. Y es que, según cuenta, los cibercriminales cada vez se centran más en atacar al internauta, que está mucho más desprotegido que la empresa con la que interactúa. «Es una manera de robar más sencilla», asegura, que apenas está empezando a combatirse gracias a la ciberinteligencia, una nueva tendencia que busca proteger al internauta sin que éste se de cuenta. Una disciplina que otorga a los «buenos» nuevas armas para combatir en una pelea difícil y desigual en la que, al menos de momento, los malos van ganando.

En Twitter: @UMezcua