¿Se puede hablar ya de deflación?

Los precios continuaron su particular carrera a la baja y en el mes de diciembre bajaron dos décimas, frente a la subida del 0,3% del mes de noviembre, lo que supone que la tasa de inflación anual vuelve a terreno negativo por primera vez en cinco años, un síntoma claro de que la Eurozona se dirige hacia un periodo de deflación, con precios continuadamente a la baja y crecimiento económico anémico. Estos datos aumentan la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que vaya más allá en su política monetaria expansiva y compre deuda pública de manera masiva. ABC te explica las claves de las nuevas cifras conocidas:

— ¿Por qué bajan los precios en la Eurozona?

La caída de la cotización del crudo y su impacto en los componentes energéticos de la cesta de la compra europea explican en buena parte las tasas negativas de inflación de la zona euro.

No obstante, el frenazo de la actividad en los grandes países de la Eurozona es otra de las causas de que la inflación lleve meses por debajo del objetivo de estabilidad marcado por el BCE: el 2%.

— ¿Se puede hablar de deflación?

Técnicamente se dice que hay deflación cuando existe una caída generalizada y prolongada de precios, al menos durante seis meses. Por tanto, en el conjunto de los países del euro todavía no se produce ese fenómeno.

— ¿Qué ocurre si hay una caída generalizada de precios?

El principal problema de la deflación es que los consumidores, ante las expectativas de que los precios sigan bajando, retrasan sus decisiones de compra, lo que también paraliza la inversión con la consecuente recesión y destrucción de empleo.

— ¿Se puede hacer algo para evitar la deflación?

Los analistas coinciden en que la caída de precios el año pasado en la Eurozona da argumentos al BCE para aprobar en su próximo reunión del 22 de enero la compra masiva de deuda pública. Si hay más dinero en el mercado, se incentiva el crédito y, por tanto, la demanda y la actividad económica.

— ¿A quién benefician las caídas de precios?

Asalariados, pensionistas y ahorradores salen beneficiados por las bajas tasas de inflación, ya que ven incrementado su poder adquisitivo: con el mismo dinero pueden comprar más.

— ¿A quién perjudica?

Familias, empresas y administraciones endeudas son las más perjudicadas por la baja inflación.