La sudafricana Semenya
La sudafricana Semenya - EFE

Testosterona e intersexualidad, el «dopaje natural» protagoniza la final femenina de 800

La sudafricana Semenya sufre una anomalía cromosómica y tiene niveles de testosterona tres veces más altos de lo normal. Algunas de sus principales rivales, Niyonsaba y Wambui, han sido acusadas también de ser intersexuales

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La final femenina de los 800 metros en los Juegos Olímpicos de Río vuelve a poner de debate la intersexualidad en el atletismo. Caster Semenya se ha vuelto a convertir en protagonista involuntaria. Es la gran favorita para este sábado por la tarde, marcó el mejor tiempo en semifinales con 1:58:15, pero su superioridad y los rumores sobre su anomalía cromosómica a causa de la cual no tiene útero y sí testículos internos cuestionan su probable victoria.

La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) concluyó que Semenya es hermafrodita tras sus polémicas victorias en el mundial de Berlín de 2009 con tan solo 18 años. Demostró una superioridad inédita, presentando niveles de testosterona tres veces más altos de lo normal.

Fue suspendida durante 11 meses, sometiéndose a tests de todos los tipos, por su presunto hermafrodismo. Finalmente se ha confirmado que Semenya es intersexual, como lo es únicamente entre el 0,1% y el 0,4% de la población mundial, al tener una secreción excesiva de andróginos, causantes del alto nivel de testosterona: la hormona que hace crecer la masa muscular y mejora su rendimiento. Una suerte de dopaje genético involuntario.

Su situación llevó a la cuestión de, basándose el deporte aún en la diferencia de sexos, con competiciones para hombres y mujeres, dónde se debía situar a la atleta sudafricana.

El caso Semenya llevó a la IAAF, en 2011, a autorizar por primera vez a las mujeres con hiperandrogena a participar en competiciones oficiales, con las mujeres, pero con una condición: que muestren niveles inferiores de andrógenos con respecto a los hombres o que prueben que estos no suponen ningún beneficio para su rendimiento.

Para seguir corriendo, Semenya debe seguir un tratamiento médico con el que reducir su nivel de testosterona, pese a estar completamente sana.

Pero la polémica sobre la prueba de 800 metros no se queda en este único caso. Otras participantes también han sido objeto de sospecha por su presunta intersexualidad. La burundesa Francine Niyonsaba y la keniana Margaret Wambui, que pueden acompañar en el podio a Semenya, sobresalen al resto y también han recibido las mismas críticas que la sudafricana.

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